jueves, 27 de noviembre de 2008

El segundo benefactor de Santa Clara. Hurtado de Mendoza

El segundo benefactor de Santa Clara.
Hurtado de Mendoza[1]
Ya Santa Clara beneficiaba de las virtudes de constructor del Padre Conyedo cuando nació en 1724 quien sería su discípulo. Corría octubre cuando a Don Juan Hurtado de Mendoza y a Doña María Veitía les nació un niño al que llamaron Francisco Antonio. Creció en el pueblo que aún no llegaba a ocupar todo los terrenos entre sus dos ríos y recibió instrucción primero en la villa y luego en la capital.
Mientras estudiaba en La Habana, quedó huérfano de padre. Los escasos recursos de Doña María Veitía no permitían que Francisco Antonio, casi terminando los estudios, abriera curato y obtuviera rentas. Tuvo su madre que hacer grandes sacrificios y pedir ayuda a parientes y a otras personas para que el hijo pudiera finalizar los estudios como sacerdote. En la universidad habanera de San Gerónimo obtuvo el grado de bachiller en Filosofía, poco antes de haber recibido las órdenes en diciembre de 1748. Entre 1748 y 1761, Hurtado de Mendoza  ejerció su ministerio en la parroquia. En 1761 fue nombrado cura beneficiado y como tal ejerció hasta 1769.
El Cabildo de Santa Clara, en esa década del 1760, comenzó la construcción del Hospital de San Lázaro, pero falto de recursos no pudo continuar la obra. El hospital, un asilo de caridad para socorrer a los enfermos y menesterosos, fue terminado en 1766 por la perseverancia del presbítero, la misma perseverancia con la que pudo recibirse como sacerdote.
Aunque siguió llamándosele Padre Hurtado, el sacerdote renunció a las órdenes en 1769. No obstante ésta renuncia, el presbítero no cesó de entregarse por entero a su pasión por la generosidad para la consecución de obras, y a su pasión por el magisterio.
Hurtado de Mendoza prestó toda su ayuda para que la ermita de la Pastora avanzara en su ejecución, pero no logró verla terminada, y sabiéndose enfermo, dos años antes de morir, fundó una capellanía y dejó un capital al sacerdote que de ella se encargara, así como obras de su propiedad para la futura nueva iglesia.
Apasionado de la enseñanza a ella dedicó todos sus esfuerzos y economías. En 1794, fundó la escuela para niños “Nuestra Señora de los Dolores”. El Padre Hurtado fue el gestor de la obra de instrucción y educativa de la escuela por la que pasaron y se formaron muchas generaciones de santaclareños, la “Escuela Pía”. El edificio, de grandes proporciones, lo edificó a sus espensas y a él consignó gran parte de sus rentas. Cuanto hizo, fue para que la escuela subsistiera y nada faltara. Programas de estudio, las reglas de orden interior, la manera de obtener fondos para su fomento, y el mantenimiento del edificio fueron una constante en la vida del institutor, que no perdió un minuto para su atención y cuidado.
Muy enfermo y casi en los albores de su partida, Hurtado de Mendoza continuó visitando el instituto que había fundado. El hombre, virtuoso por sus ideas progresistas de la instrucción, murió un día invernal de marzo de 1803, habiendo pedido antes de ser enterrado en la Parroquial Mayor. Legó una parte de sus bienes a su familia, libertó a sus esclavos, les dejó a cada uno de ellos, terreno para levantar sus casas, otra parte a la institución de enseñanza que había fundado y el resto al término de la Pastora y a su culto.
Poco se conoce de la perseverancia y piedad de este hombre sencillo, que se entregó en cuerpo y alma a su ministerio sacerdotal y al magisterio. Nuestra Señora de los Dolores, Escuela Pía de Santa Clara, que lleva hoy el nombre de su fundador[2], mantiene el principio de enseñar, adaptada a los cambios que a lo largo de 225 años de su creación ha visto desarrollar. Para honrar la memoria de Hurtado de Mendoza, nada más digno que inscribir su nombre junto al Padre Juan de Conyedo en el obelisco que el pueblo de Santa Clara les erigiera en 1886. ©cAc-2008


[1] Manuel Dionisio González. Memoria Histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción. Villaclara. Imprenta del Siglo. Calle de San José N° 18. Año 1958. Págs. 427 a la 430.
[2] La Escuela Primaria Hurtado de Mendoza está situada en la esquina de las calles Independencia y Lorda.

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