Buenos días Santa Clara. La medianoche
anuncia tu onomástico. La luna creciente muestra su joroba perfecta, su luz ;
la luz que envuelve el comienzo de un día y que al llegar el alba, se entrega
radiosa para celebrar tus largos años. Buenos días Santa Clara. La mañana
anuncia un lunes de vítores y regocijos. La alegría de un 15 de julio
trescientas treinta veces nacido. Gracias Santa Clara, que fuiste humilde
villorrio, gloriosa por naturaleza, pueblo nuevo en épocas de polvos, pueblo
entre ríos y ciudad grácil todavía envuelta en su inocencia. Santa y Clara,
mujer bruja capaz de hechizar, enamorada del susurro que trae la brisa viniendo
del Capiro, ensimismada y coqueta, desaliñada peinando canas. Gracias
remedianos, que son manantial y estirpe de nuestra longeva villa. Gracias
tierra sabanosa y fértil que tantas mujeres y hombres alumbrastes, y que
hicieron de tí, terruño, hogar y sepultura. Año cero, sueños y esperanzas de
nuestros antecesores. Mil seiscientos ochenta y nueve, naciste bendecida con el
amargor del tamarindo. Mil setecientos ochenta y nueve, ajenos a la toma de la
Bastilla, los casi siete mil poblanos de la villa, llevaban adelante urbanidad
y fomento rural. A los doscientos años de fundada, en mil ochocientos ochenta y
nueve, además de pueblo, te erigiste en provincia. Hombres y mujeres de talla y
talento se empeñaban en hacerte grande, en hacerte fuerte. Lloramos de alegría
aquellos que disfrutamos juntos la celebración de tu tricentenario, el mundo
convulso, convulsos nosotros, el muro desmoronándose apenas tres meses más
tarde. Todos no tendremos la dicha de felicitarte en el 2089, por ello, mientras podamos, años tras año, cada
quince de julio te diremos, Gracias Santa Clara.©cAc-2019