Aún sin
terminar lo que yo pensaba como una serie de artículos que tenía como centro el
Palacio de Justicia de Santa Clara, y por consecuencia el espacio urbano que lo
envuelve (enlace al final de este texto), me distancio momentáneamente para
consagrarme a un trabajo de memoria, -no precisamente la mía, me refiero a la
memoria patrimonial, la villaclareña, y tratar de conciliar dudas respecto a
una vieja imagen colgada en la red por un coterráneo mío y que tiene la virtud
de trasladarnos al pasado, al pasado reciente y empujarnos a desentrañar el
lado mudo de una fotografía.
En un
principio, y con buenas intenciones, hurgamos alrededor del Parque de los
Mártires, por la banda oeste, donde tres edificaciones que datan de épocas
diferentes, aún se mantienen en pie. Una quinta campestre del periodo colonial,
una construcción doméstica de principios del siglo XX reconvertida en oficinas
ferroviarias y el inmueble construido en 1894 para alojar la Planta Eléctrica
que proporcionaría modernidad al alumbrado público de Santa Clara, rehabilitado
en su funcionalidad durante la etapa republicana y que actualmente es la sede
de la Empresa Eléctrica de Villaclara.
Antes de
hurgar en el sitio antes mencionado, habíamos manejado la posibilidad de que
esa Clínica hubiera estado situada en una de las dos arterias periurbanas que a
finales del siglo XIX y principios del veinte, vieron levantar en sus terrenos,
amplias construcciones domésticas, quintas, fincas de recreo e instituciones
civiles y religiosas. Me refiero a las carreteras de Sagua, que corre hacia el
norte; y de Camajuaní, hacia el este. Sin embargo, a fuerza de escrutar la
memoria, ninguna de las dos vías de comunicación arrojó el resultado que
buscábamos.
Otra
arteria, la calle Cuba, que nace en el corazón de la ciudad, y se escurre
buscando el sur, fue, tanto en el periodo colonial como en el republicano,
sensible al desarrollo constructivo. Parcelada desde los tiempos de la
fundación, en sus primeros cuatrocientos metros a partir de la Plaza Mayor,
albergó posteriormente en sus arrabales edificaciones sanitarias. Y justamente
en esta calle Cuba, nos detuvimos para tratar de insertar la susodicha clínica.
La foto muestra
el edificio en cuyo frontispicio aparece inscrito a relieve CLINICA y en la
parte superior, medio oculto por el farol en peltre blanco, el año de
construcción del inmueble: 1919. En el pie de foto CLINICA: LA CARIDAD. Sta
CLARA. La foto hace parte de las tomadas en la ciudad, finalizando la década
del 1930, y convertidas en postcards de la época, enunciadoras del desarrollo
urbano. Dónde realmente estaba situada esta clínica santaclareña? El estudio
nos permite afirmar que hacía parte del “complejo” sanitario extendido en la
calle Cuba y que iba desde la calle Hospital (actual Miguel Coyula) hasta la
calle Nueva Gerona (actual Capitán Velazco).
La
primera de las edificaciones de ese tramo fue el Antiguo Hospital Militar, que
fuera demolido en la década del 1920 y en su lugar construido el Hospital San
Juan de Dios, más tarde devenido Hospital Provincial. Seguido del Hospital
Militar, que no estaba cercado, se levantaba un conjunto de tres inmuebles
dentro del recinto protegido por un muro compuesto de columnas bajas coronadas
por una bola, y entre columna y columna, balaustres de yeso labrado. De los tres inmuebles, el primero recuerda
una dependencia del segundo, de factura más antigua. El segundo inmueble, que
es la clínica de marras, se llamó San Rafael antes de llamarse La Caridad. Al
construirse la Clínica San Rafael, fueron sembrados en el jardín delantero,
frente a cada ala del edificio, sendos jóvenes pinos, que ya en la década del
30, once años después, constatamos que han crecido y robustecidos sus troncos.
Para entonces, las seis jardineras en forma de copa que coronaban las columnas
más próximas a la entrada principal, ya no existen, y en su lugar fueron
situados seis mojones piramidales. El frontispicio descansaba sobre un portal
soportado por cuatro columnas con variantes del orden corintio, estucadas
imitando mármol. La puerta de entrada de la clínica así como las ventanas,
formaban arcos en su parte superior, y la marquetería trabajada con vitrales.
Este edificio, aunque de alguna manera se
asemejaba en su estilo arquitectónico al tercer inmueble, las
diferencias son reconocibles. El edificio albergaba la Clínica Lubián, tenía la
misma planta que su vecina, pero con una fachada más señorial. El portal poco
profundo pero más ancho, lo sostenían cuatro columnas distantes unas de otras,
y de factura más austera. La Clínica Lubián dejó de llamarse así en 1929 para
convertirse en Policlínica Provincial, institución privada destinada a tratar a
una población de bajos recursos.
La
Caridad fue demolida en la década del 1940 y en su lugar fue construida la
Clínica Dispensario Dolores Bonet. Años más tarde, la Policlínica Provincial se
convertiría, después de una renovación constructiva en Policlínico Chiqui
Gómez. El Hospital Provincial pasó a ser hospital universitario Celestino Hernández,
imbricado al edificio de la antigua clínica Dolores Bonet, y a su vez unido al
edificio del Chiqui Gómez por una pasarela aérea cerrada, y convertido en área
de cardiología, actualmente Cardiocentro. ©cAc-2019