martes, 15 de septiembre de 2009

La Biblioteca Pública “Martí” (1925 – 1965)

En los primeros trece años de vida, el edificio del Gobierno Provincial, popularmente conocido como “palacio de gobierno” en esa época, albergó en todo su volumen las oficinas y departamentos relacionados con la administración de la provincia de Santa Clara, que abarcaba entonces, además de Villaclara, los territorios actuales de Cienfuegos y Sancti Spíritus. El edificio, en su ala izquierda, estaba dotado de una Cámara de Sesiones, también llamada, Salón de los Consejos, equipada con un mobiliario acorde a las reuniones donde deliberaban los diputados y concejales. La pieza es remarcable por las molduras que la ornamentan, sus columnas y por el friso en el cual aparecen todos los escudos de los municipios de la entonces provincia de Santa Clara (La Sala Caturla de la Biblioteca Martí). No faltaban piezas de recibo, salón de recepciones, los aposentos privados del gobernador y una moderna cocina en función del edificio. Siendo el “palacio”, un edificio de utilidad pública, a finales de 1924, fue propuesto para albergar en su ala derecha, la Biblioteca Pública “Martí”, la cual fue inaugurada el 24 de febrero del año siguiente, y prestó sus servicios hasta el año 1965. ©cAc-2009
 
Izq.: Vista del Gobierno Provincial en la década del 30’, recién abierta la Biblioteca. Der.: Fotografía de Sala de Lectura, tomada en los primeros años de existencia de la Biblioteca.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Gobierno Provincial (1912-1962)


Pasados muchos años después de haberse fundado Santa Clara, la villa se lamentaba de no tener medios propios para levantar en duro sus instituciones administrativas. Cabildo, Cárcel, Sala Capitular y Escribanía, estuvieron cobijadas de forma muy primitiva hasta bien entrado el siglo XVIII. Casas de tabla de palma y guano vieron pasar a gobernadores, obispos, alcaldes, alféreces y escribanos. Luego mejorarían las condiciones, y el progreso se fue instalando en la villa. En 1849 fue creada la Tenencia de Gobierno de Santa Clara y veintinueve años más tarde, en junio de 1878, al ser creadas las provincias por Real Orden, y separados los mandos civiles y militares, Santa Clara tuvo su primer gobernador. Volvieron a pasar años, y terminado el largo periodo colonial, las instituciones se modernizaron y con la República, la imagen urbana de los pueblos y ciudades de Cuba, comenzó a transformarse. Santa Clara, que latía desde su centro urbano, emprendió la construcción de un edificio que albergara todo lo concerniente a la administración de la provincia, que entonces se llamaba Santa Clara. El inmueble, soberbiamente neoclásico y destinado a gobernación provincial comenzó a ser construido en 1905 y las obras finalizaron en el año de 1912, a un costo de 250 000 pesos. El edificio se levantó en el mismo sitio donde radicaba la Tenencia de Gobierno, además de necesitar el solar de la casa contigua, a su derecha. Apoyado en el balcón central de la Tenencia de Gobierno, el general de la gesta independentista, Máximo Gómez, se dirigió a los santaclareños, el 13 de febrero de 1899. Durante cincuenta años, el edificio sirvió a lo que estaba destinado, además de albergar en un ala del mismo, desde 1925 la Biblioteca Pública “Martí”.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Museo de Artes Decorativas

El solar que ocupa la casona colonial que abriga el Museo de Artes Decorativas, fue de los primeros en mercedarse en la recién fundada villa, en la última década del XVIII. Justo frente a la acabada de trazar Plaza de Armas, y haciendo esquina con una de las más antiguas calles de la villa, que entonces tuvo como primer nombre, la calle de los Huesitos.
©cAc/madsc
La casa fue en sus inicios de madera y guano, y era su propietaria, Antonia Coll. En los primeros años de 1730, comenzó a ser mejorada, y se le levantaron sus muros exteriores de mampostería. Fue la primera vivienda a cuya fachada fue integrado un portal sostenido por columnas, trabajo que realizó el sargento Agustín de Fleites. En 1740, la casa adquiere su aspecto puramente colonial, e irá integrando piezas, ventanas, trabajos de forja y madera, y la vida cotidiana de la familia tornará alrededor del hermoso patio en el cual quedó instalado un pozo criollo. La cochera daba a la calle del Rosario, nombre que reemplazó aquel de los Huesitos.
 
©cAc/madsc


Los elementos arquitectónicos originales de la vivienda le imprimen no solamente valor patrimonial, sino cierta pureza en el estilo, y un encanto particular que permite evocar los ambientes que fueron, con la modernidad, integrándose a la casona. Hacia 1820, la familia que la ocupaba emprendió grandes trabajos de rehabilitación, incluyendo la armonización de los portales de los inmuebles vecinos. La casa fue propiedad durante muchos años de la familia Carta, siendo Clarita Carta, la última de la saga en habitarla. Las leyes vigentes en materia de propiedad, y el interés de las autoridades en recuperar el valioso sitio, hicieron que por razones de interés público, la casa pasara a propiedad del Estado, y en su representación, la dirección de cultura de la ciudad. Corrían los agitados años de la octava década del siglo XX, cuando se acometieron los trabajos de restauración de la casa que se convertiría en exponente de la vida familiar cubana desde los tiempos coloniales, a través de la óptica mobiliaria y artística. Deambulando por sus salas, penetra uno en ese periodo de la historia cargado de la influencia colonial española y recreada con la identidad criolla que luchaba por su emancipación. Igualmente, piezas y muebles, nos trazarán el camino por la etapa republicana. Elegantes abanicos, tapicería, esculturas, pinturas, elementos del vestuario y pasamanería, fastuosas lámparas, muebles religiosos del XVIII, poltronas, comadritas, muebles de perilla, tinajeros, vajillas, todo proveniente del patrimonio familiar villaclareño, se expone en las salas del museo, que siguiendo la tradición barroca de las familias rancias y menos rancias, acumulaban en sus aposentos todo aquello que a la vista de los otros probara una marca de riqueza. 
  
  
©cAc/madsc

De las colecciones del museo, no puedo otra cosa hacer que incitarlos a que atraviesen el umbral de la casona frente al parque, pues no está permitido hacer fotos. No obstante, no faltarán imágenes que nos puedan acercar al patrimonio urbano de la ciudad de Marta.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El corazón urbano de Santa Clara


En trabajos anteriores, fuimos ordenando la evolución urbana de Santa Clara teniendo en cuenta su eje central, que es el Parque Vidal, desde su primitivo cuadrilátero trazado en 1689 hasta su esquema de « Parque Republicano » en la década del treinta. No hay espacios vacíos entre esa década y la actualidad, y las lagunas que pudieran formarse en nuestra imaginación, encontrarán salida a sus aguas. Simplemente, voy a salirme del cuadrilátero pero sin alejarme de él. El Parque Vidal es el corazón de la ciudad, y no escaparé por las venas que lo hacen latir, sino que me detendré en el conjunto inmobiliario que lo rodea, y que se me antojan músculos papilares, del constante latir del corazón urbano. Si lo observamos desde la altura, el Parque Vidal se nos presenta así:


En trabajos sucesivos, iremos construyendo los inmuebles que con el filo de los años se han convertido en símbolos y que le dan vida propia al parque, con el ir y venir de los pilongos en su ajetreo cotidiano, los curiosos que pasan por la ciudad de Marta en busca de historias recientes, unos por su eclecticismo delirante, otros por los misterios que puede ofrecer una ciudad de provincias, apenas vieja de trescientos veinte años. Los invito a darle la vuelta al parque, como cuando lo hicieron nuestros abuelos, nuestros padres, y no hace tanto nosotros…