En trabajos anteriores, fuimos ordenando la evolución urbana de Santa Clara teniendo en cuenta su eje central, que es el Parque Vidal, desde su primitivo cuadrilátero trazado en 1689 hasta su esquema de « Parque Republicano » en la década del treinta. No hay espacios vacíos entre esa década y la actualidad, y las lagunas que pudieran formarse en nuestra imaginación, encontrarán salida a sus aguas. Simplemente, voy a salirme del cuadrilátero pero sin alejarme de él. El Parque Vidal es el corazón de la ciudad, y no escaparé por las venas que lo hacen latir, sino que me detendré en el conjunto inmobiliario que lo rodea, y que se me antojan músculos papilares, del constante latir del corazón urbano. Si lo observamos desde la altura, el Parque Vidal se nos presenta así:
En trabajos sucesivos, iremos construyendo los inmuebles que con el filo de los años se han convertido en símbolos y que le dan vida propia al parque, con el ir y venir de los pilongos en su ajetreo cotidiano, los curiosos que pasan por la ciudad de Marta en busca de historias recientes, unos por su eclecticismo delirante, otros por los misterios que puede ofrecer una ciudad de provincias, apenas vieja de trescientos veinte años. Los invito a darle la vuelta al parque, como cuando lo hicieron nuestros abuelos, nuestros padres, y no hace tanto nosotros…
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