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MDMXXVI PALACIO DE JUSTICIA MDMXXX LEX
Santa
Clara duerme la siesta de un jueves azulado. Cruzo la calle, me detengo sobre
el separador entre la calle y la calle anexa de parqueo temporal, miro la
imponente fachada y el frontispicio soportado por las seis columnas que dejan
ver las tres grandes puertas en arco que dan acceso al edificio y las tres
ventanas del nivel intermedio. Subo los quince escalones que me llevan al
soportal, y antes de entrar, volteo para desde allí mirar la perspectiva que
ofrece el monumento y del otro lado de la carretera, la que fuera Cárcel
Provincial. Molduras y relieves ornan la fachada, columnas decorativas adosadas
y sendas lámparas en bronce flanqueando la puerta principal, que como las otras
dos puertas, destacan sus arcos superiores, joya de la carpintería, la herrería
y el vidrio, donde el escudo de la nación trona en el medio.
Al
traspasar el umbral, se llega a un hall enorme con gruesas columnas
estructurales, y cuya luz permite apreciar el comienzo de la escalera en
mármol, protegida por una baranda de elegante obraje.
La
escalera se divide en dos alas que llevan a la primera planta. Desde el
entrepaño y hasta el siguiente nivel, se aprecian dos vitrales, que junto al de
la claraboya, permiten luz y protección a la caja de escalera. Los tres
vitrales, son obra del artista italiano Gino Ciolli, dos con detalles
alegóricos a la justicia, y en el tercero se centra el escudo de la ciudad. En
el nivel superior, aparece un segundo vestíbulo arropado por seis columnas, dos de las cuales flanquean el
comienzo de una escalera en mármol, también protegida por una baranda cuyo
pasamanos, como el de la baranda anterior, es de roble. Nótese que el edificio contempla un patio
interior, viva herencia del usual y agradable patio colonial, que no desentona
con la vocación administrativa del inmueble. La escalera principal desemboca en
un pasillo ancho también bautizado por la luz natural del patio interior, y que
da acceso a diferentes salas y oficinas.
Este nivel es de menor puntal y en él
se suceden columnas estructurales que permiten atenuar la luz que llega por los
ventanales que dan al patio y otorgan cierta discreción juiciosa. La elección
de los pisos y los materiales imprimen solemnidad en el ajetrear de la
justicia. La carpintería y la herrería fueron cuidadosamente diseñadas y
trabajadas. Impecable mobiliario elaborado por sagrados carpinteros ebanistas.
Lámparas y apliques luminarios en bronce dan un toque de luz compartido entre
sobriedad y elegancia, esa luz que intenta llegar, llega o no llega, en el
momento de hacer justicia. ©cAc-2018