viernes, 1 de mayo de 2020

El Billarista, 157 años después (enero del 2010)


El Billarista se muestra flamante y nuevo en su esquina de siempre: Marta Abreu y Villuendas, esquina que lo viera empinarse como el inmueble más alto y sólido construido en la mitad del siglo XIX en la región central de la Isla. Ahora le han vuelto los colores y su aire de caserón grande con hermosa balconería en hierro forjado. Ciento cincuenta y siete años de construido, fungiendo como vivienda, comercios, oficina de telégrafo, billar, y como paredes mudas ante el abandono y el ir y venir de las ratas que llegaron a apropiarse del lugar. Adiós escombros, ratas y murciélagos. El Billarista ha renacido y de sus ruinas nada queda, salvo el recuerdo triste de haberlo visto envejecer a fuerza de maltratos. Recupera la ciudad una perla de su patrimonio urbano, recuperamos todos, el aliento sabiéndolo nuestro. Una tienda por departamentos, -su nueva función, distribuidos en sus tres niveles. La planta que fuera originalmente vivienda, ha sido dedicada a calzados, peletería y accesorios. El nivel intermedio ofrece también calzado, prendas deportivas y sus accesorios. La planta baja, concebida desde sus orígenes como planta comercial, acoge bisutería, joyería y perfumería. Su función totalmente comercial multiplicará el uso del inmueble, pero también se han concretizado las futuras intervenciones periódicas a fin de que no pierda el esplendor rescatado. El Billarista impone su silueta, y la tercera planta es visible desde la esquina del Teatro La Caridad, con su techo rojizo, imitando la criollez de las tejas y el amarillo de época bañando sus paredes. Visto desde donde comienza el callejón de Santa Bárbara, el fondo del edificio, que fuera colindante con un inmueble también colonial, de dos niveles, -dejado al abandono y ahora desaparecido durante la remodelación del Billarista, deja demasiado a la vista los sistemas de climatización y ventilación. Como comentaba recientemente, no me dejaré llevar por visiones subjetivas, es posible que el espacio abierto entre las viviendas y el Billarista, encuentre un proyecto renovador, y quién sabe si ya está rodando el mismo. ©cAc-2010

El Billarista, rescatado, 10 años después (mayo del 2020)

“El Billarista, 157 años después” fue publicada en el 2010, recién acabadas las obras de rescate y restauración. Fue la tercera crónica acerca del edificio, y siempre pensé que por su valor patrimonial para la ciudad, estaría en la mira de todos, del pasante, del que entra para comprar o para husmear, de todos los santaclareños, de los arquitectos e ingenieros que hicieron posible el rescate, y por supuesto, de las autoridades de patrimonio, y otras direcciones que administran el cotidiano de un territorio. Han pasado diez años desde la re-inauguración del inmueble convertido en tienda por departamentos. Y en una isla húmeda y propensa al deterioro, -tanto por la humedad como por la consabida falta de mantenimiento, que empuja al descuido, y el descuido que empuja a su vez a la desidia-, el Billarista iba a sufrir rasguñaduras exteriores e interiores. Basta levantar la cabeza y mirar las cornisas, la pintura, la limpieza, los cambios y movimientos de mostradores, un cierre aquí y un cierre allá, este pedazo clausurado al público, la atención al cliente con una sonrisa o con una mueca, y lo que hay y lo que nunca hay, en la que fuera tildada de megatienda en los días sucesivos a su apertura. A inicios del año 2009, la periodista Idalia Vázquez Zerquera hacía referencia al Billarista en un artículo de prensa digital[1], y comentaba que al término de los trabajos de la otrora Cámara de Comercio, y del desaparecido Bar Los Taínos, y del propio Billarista se daba “paso a uno de los complejos de tiendas más grandes y funcionales de Cuba”. Han pasado dos lustros, y digo, bravo por haberse recuperado el Billarista y la fachada esquinada de la Cámara de Comercio, (los dos otros inmuebles fueron demolidos y anexados para extender el volumen de la futura tienda), y me pregunto, son ellas “uno de los complejos de tiendas más grandes y funcionales de Cuba”? ©cAc-2020

[1] Restauran primer edificio de tres plantas del centro de Cuba. Idalia Vázquez Zerquera. Vanguardia digital. Villaclara, Cuba. 13 de abril de 2009.

El Billarista, a pie de obra (marzo del 2009)


La penúltima renovación del edificio sito en Marta Abreu y Villuendas, data de finales de la década del 1910, creo que hacia 1918. Todavía el edificio no era el conocido Billarista, aunque sí el primer edificio de tres plantas edificado en la región central en la segunda mitad del XIX. La última, y agregaremos, grandísima renovación, del nombrado Billarista, terminó a finales del 2009[1]. Las vallas metálicas desaparecieron y el tránsito peatonal cobró fuerza en una esquina que parecía destinada al abandono. Santa Clara recuperó un florón de su patrimonio urbano. Evidentemente, no puede ser el mismo edificio, siglo y medio después. Lo esencial es haberlo recuperado, y agregarlo a nuestro inventario sentimental de viejas piedras. Muchos han sido los personajes claves en el trabajo de rescate, restauración y conservación, y me permito saludar con este trabajo, la labor de la oficina de Patrimonio de la ciudad, y a la Comisión provincial de monumentos. Los jóvenes arquitectos Ilmarys Jiménez Argüelles y Michel Martínez Landa fueron los proyectistas de la obra, que tuvo como inversionista a Juan Carlos Chaviano y como ejecutor de la obra, al ingeniero Carlos Águila Fernández. Las imágenes que les presento, corresponden al Billarista en los momentos de su reconstrucción, en marzo del 2009, cuando las nuevas estructuras coqueteaban con las paredes desnudas y las piezas oliendo a repello fresco. Deambulé por la planta baja, curioseé sus aljibes protegidos, subí a los dos niveles superiores, detallé la calidad de las barandas originales de los balcones, y pude apreciar la carpintería, cuya cubierta fue trabajada en maderas preciosas, por artesanos del FBC de la ciudad. El sol de marzo era generoso, y el cielo se lo compartían nubes y azules de una intensidad fulgurante. Desde lo alto, una ciudad de tejados y patios, campanarios y las lomas que la rodean, casi cogidas con la mano. En un “próximamente” colgaremos fotos del recuperado edificio en cuestión. Entre tanto, nos iremos a otras esquinas y sitios de la ciudad del Bélico. ©cAc-2010
Esta crónica actualizada, fue pubicada originalmente en el 2010, y trata de cuando el edificio estaba en obras de rescate y restauración, en el 2009.

[1] El antiguo Billarista, sito en Marta Abreu y Enrique Villuendas, fue abierto al público en la mañana del 11 de enero de este año 2010, como tienda El Billarista. La tienda por departamentos, hace parte de Galerías Parque pertenecientes a la cadena comercial TRD Caribe.