martes, 31 de mayo de 2011

Esquinas de SC (San Miguel & Central)

  


Fue una esquina evidentemente construida, lo demuestran los viejos muros de las viviendas vecinas. Hasta donde mi memoria llega, llega como una esquina, de parquecito ordinario remplazando un inmueble que se convirtió en ruina. Fue durante años, muro mural con propaganda revolucionaria. En el 2004 todavía podía verse sobre los muros descacarañados, el logo de la organización cederista y aquella consigna que decía “en cada barrio revolución”, bis de una canción de afirmación revolucionaria de los años 70’. Habían dos bancos para sentarse, el césped verdeaba y crecían cuatro arbustos deseosos de crecer, y en el cantero de muro alto que servía de parachoques a los eventuales accidentes que se sucedían en el cruce, crecía el césped y paradójicamente, en lugar de plantas con flores, se erguía una luminaria. Cinco años más tarde, menos césped, seco el del cantero, la luminaria siempre erguida, y dos tristes bancos con factura de “comunales”, reemplazantes de los anteriores, que no tenían respaldar pero eran sólidos, de dos pies y una losa de granito. Los arbolitos, que no se metían con nadie, desaparecieron y en su lugar pusieron losas. Sobre el muro de la consigna, y el muro vecino, dos reproducciones de pinturas. Dos escuálidas palmeras o dos arecas, el toque verde. En noviembre pasado (2010) vi ajetreo de albañiles y pintores encaramados en un andamio. El cantero de muro alto había sido demolido, y trabajaban en el replanteo del suelo. La esquina va a resucitar, me dije. Un mes después, los trabajos habían avanzado, y de la esquina anterior solo quedaban las pinturas murales. Toque criollo, la incorporación de elementos de madera y tejas sobre las ventanas de una casa contigua y sobre la puerta y ventana, frente de otra casa. Tres pérgolas con estructuras de hierro y seis bancos, azules. Como nuevas, las mismas farolas, en verde botella. Buscando armonía con la balaustrada de la carretera sobre el río Bélico, los proyectistas diseñaron panes de baranda alrededor del renovado espacio público. Blancos con remate en naranja, que deviene el color símbolo de los puentes sobre los ríos de la ciudad. Pero ni pizca de césped, ni toque verde. En qué están pensando los proyectistas cuando les dan la tarea de reordenar una esquina a vocación de ocio y descanso vecinal, o de los paseantes? La renovación de San Miguel y Central era de esperarse, entonces, por qué no le dieron espacio a un framboyán, por qué no insertaron jardineras en las que pudieran plantarse plantas trepadoras que cubrirían las pérgolas y dieran sombra sobre los bancos? Mis fotos le ayudarán a darme razón, o ninguna. O quizás comentar si conoce del pasado de esa esquina, que fuera la puerta de la trocha de San Miguel en época de carnavales y que es la principal entrada al barrio Condado. La esquina de San Miguel & Central, vecina frontal del servicentro de la cadena Oro Negro, ambos sitios, insertados en uno de los cruces más peligroso de la carretera al interior de la ciudad y que clama a voces por un semáforo. ©cAc



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