El deterioro duró años, a veces imperceptible desde el exterior. Ventanales con su vidriería fueron desarmándose y la humedad y cada día que pasaba, golpeaba el edificio. El pretil comenzó a dejar al descubierto sus ladrillos. La pintura marchitando, la marquetería pudriéndose. Tiempo después, desde afuera podía verse como la mala hierba cubría el patio y hasta los salones contiguos a la calle, y una mata de plátanos miraba a los pasantes desde su sitio detrás de una de las ventanas de su fachada. El deterioro fue brusco entre el 2004 y el 2005. En el 2009 logré entrar en el edificio y cuál no sería mi sorpresa al ver el estado en que se encontraba . Beirut de los 80’? Damasco o Alep mutiladas por la interminable guerra? Patio, salones, las molduras de los techos, las arcadas, aquello era un espanto. ©cAc-2014
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