miércoles, 7 de febrero de 2018

El Paredón de fusilamientos

Tristes son todos los fusilamientos. Porque truncan vidas y porque envuelven en sombras a las familias. Ensombrecen la historia y enlodecen los poderes. Crucificar, ahorcar, lapidar, fusilar, ensañamiento de los hombres contra los hombres desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Fusilar, triste manera de arrebatar la vida a quienes por la vida luchaban. Los fusilamientos durante la gesta independentista contra la dominación colonial española, triste pasaje en la historia de Cuba. Y muchos de los fatídicos fusilamientos, tuvieron sitio en la Santa Clara libertaria de la segunda mitad del siglo XIX. Un paño de pared que vio desplomarse seres consagrados a la más cara de las ilusiones: la libertad. Y por la libertad fueron allí fusilados, contra una pared de la que hoy queda un pan de muro, y que nuestros antecesores, en materia de memoria histórica, tuvieron el cuidado de conservar. Y justamente, cuando intentamos escribir la historia, nos asaltan dudas. La duda, en este caso, nos autoriza a preguntarnos si el sitio donde fusilaban hacía parte de una pared lateral del Cuartel de Tarragona o si el muro fue levantado expresamente, exterior al recinto militar para utilizarlo como lugar expedito para llevar a cabo los fusilamientos. Recordemos que el cuartel, terminada la dominación española, fue reconvertido en la Audiencia, y que más tarde, demolido el inmueble, el terreno fue utilizado para construir el Palacio de Justicia. Si la pared utilizada como paredón de fusilamientos fue mantenida en pie y conservada por santaclareños comprometidos con la recuperación de la memoria histórica, la acción se llevó a cabo durante los días en que estaba siendo demolido el edificio de la Audiencia, es decir, en 1927. En este caso, la ubicación espacial del cuartel, posteriormente Audiencia, difiere completamente con la idea hasta ahora contemplada. En realidad, el inmueble estaba situado mucho más próximo del camino que sería la carretera central, y su frente iba desde la calle más tarde convertida en Paseo hasta donde se sitúa el Paredón, limítrofe con la sabana existente en ese momento.De manera que el plano espacial quedaría de esta manera:
El pedazo de pared rescatado para la historia local se convirtió en un humilde sitio de memoria, al cual sus iniciadores, miembros del Club Revolucionario Villareño Martí, le adosaron una tarja de mármol con la siguiente inscripción: CAMINANTE! ¡DESCUBRETE! Este lugar está santificado por la sangre de los patriotas que el tirano hizo morir porque ansiaban la libertad de la Patria. Esta primera tarja fue colocada posterior a 1929 y antes que finalizara la década de 1930, pero no puedo precisar la fecha exacta. 

























Posteriormente, otro grupo de intelectuales y apasionados de la historia local multiplicó esfuerzos por conservar y rehabilitar la herencia cultural y patrimonial de la ciudad. Al Centro de Veteranos y al Grupo de los Mil se debe la placa de bronce colocada un poco más baja que la marmolea tarja. La placa, que data de 1951, lleva en relieve el escudo nacional cubano, un machete y una bandera, ambos cruzados, y tiene como inscripción: A la memoria de los patriotas fusilados en este lugar. Y seguidamente la relación de patriotas: José Pulido + Marzo 3 de 1896. Casildo de Armas + Oct. 23 de 1896. Adolfo García + Enero 20 de 1897. Domingo Niebla + Enero 20 de 1897. Hoy solamente queda adosada la placa de bronce. No conozco el momento y las razones por la que fue desmontada la primera tarja, pero todo hace suponer que existía aún cuando el muro de ladrillos fue pintado, pues durante mucho tiempo quedó la marca de la tarja. Aunque la placa de bronce recuerda solo a cuatro patriotas, una tercera placa podría recordar a Tello Mendoza, Vicente Machado, Cándido Rocha, Ramón Prieto, y al primer ejecutado en el sitio, el patriota Rolando Valderas, y por cuya memoria, el Ayuntamiento rebautizó la pedregosa calle Suburbios con su nombre, en época temprana de la República. Tampoco puede olvidarse a aquellos peninsulares anclados en la Isla y que se unieron al ejército Libertador: José Vega, Adriano Admidasay, Atanasio Ventura, Juan Iturralde y José Gómez.
El sitio del Paredón entre 1959 y 1961. Nótese la verja en hierro forjado como fuera concebida originalmente.
El muro de recordación y su entorno han sufrido transformaciones y el abandono de las autoridades, que, en lugar de valorizar el sitio, como sitio memorial, lo convirtieron en anexo de juegos y actividades artísticas, al quedar situado y encercado por la valla que delimita el área perteneciente al Palacio de Pioneros, antiguo Club de Leones. La colocación de una cerca de alambre tipo Peerless trajo consigo la transformación del sitio que perdió su cercado original, una pequeña cerca en hierro forjado. La valla impidió igualmente el acceso al monumento, quedando bloqueada la escalinata que desciende hasta el mismo. La escalinata está flanqueada por dos gruesos basamentos, sobre los cuales se yerguen todavía sendas farolas del mismo estilo de las utilizadas en el contiguo Parque de la Audiencia. La tercera farola se situaba sobre el basamento del extremo derecho del paredón. 
Foto tomada en el año 2004
Durante años, a cada preparación de Carnavales, el muro recibía dos brochazos de lechada y en ocasiones lechada coloreada. La estructura y el muro en cuestión se han visto pintados de blanco, amarillo, rosado… y pegado a la cerca que separa al muro de la calle, un quiosco y una pipa de cerveza. Puede así recordarse la historia local, sin tarja, e ignorantes del llamado a los paseantes? Sin necesidad de quitarse el sombrero, al menos el silencio y el respeto podrían sellar el llamado a no olvidar.
Foto tomada en el año 2009
Recientemente (noviembre de 2017) pude constatar trabajos en el área del Paredón del lado del “palacio de pioneros. Desgraciadamente no apreté el obturador cuando debí hacerlo y tampoco osé preguntar en qué consistían los trabajos. Pensé que, de cierta manera, tenían que ver con la renovación exterior del Palacio de Justicia como parte del proyecto Villaclara con todos. Pienso que para rescatar el sitio y rendir homenaje a todos los hombres allí fusilados, la primera etapa sería redimensionar el espacio alrededor del viejo muro y separarlo jurídicamente del terreno perteneciente al parque de pioneros. El antiguo Paredón de fusilamientos, que aparece en la relación de “Sitios históricos” de la Oficina de Patrimonio de Santa Clara, merece igualmente ser inscrito en la lista de Monumentos Locales de la ciudad. ©cAc-2018

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