viernes, 2 de febrero de 2018

La Real Cárcel de Santa Clara

Desde que fue fundado el villorrio en 1689 y hasta la segunda mitad del siglo XIX, Santa Clara no contó con una verdadera penitenciaría. Los presos cumplían la pena en celdas habilitadas, primero en el Cabildo de la calle Amargura (actual Marta Abreu), cuando fue fundado el villorrio, y más tarde en la Casa Capitular instalada en la vivienda del capitán Luis Pérez de Morales, frente a la Plaza Mayor. Con la sucesión de tenientes gobernadores, la casa albergando el Cabildo, mejoraba sus condiciones y seguía fungiendo como cárcel de la villa, función que duró hasta 1862. Cinco años antes de ser honorada con el título de ciudad, la villa se dotó de una prisión, que evidentemente se llamaría Real Cárcel de Santa Clara, siendo teniente gobernador, el coronel Patiño y Domínguez. La construcción de la cárcel estuvo dirigida por el comandante de Ingenieros Jorge Talces. Corría 1862, año terminal de Francisco Serrano y Domínguez, Duque de la Torre, como gobernador de la Capitanía General de Cuba.
Autorizada la Jefatura Militar de Santa Clara a construir la cárcel, y con el asentimiento del Ayuntamiento, las partes acordaron ejecutar la obra en un terreno donde finalizaban dos estrechas calles que cerraban en ese punto el horizonte urbano: Santo Espíritu (Juan Bruno Zayas) y San José (Enrique Villuendas).  Terrenos yermos, guayabales, caserones de madera distanciados, calles no delineadas, pedregosas y polvorientas, el Cuartel de Tarragona en la misma perspectiva, y más al Sur, si se trazaba una línea recta a partir de San José, el fondo del viejo hospital militar.


La cárcel fue construida siguiendo el estilo neoclásico, y asegurando una verdadera armonía de volúmenes. Originalmente concebida de una sola planta, el edificio estaba compuesto por un pórtico frontal de cubierta plana sostenida por diez columnas toscanas y flanqueadas por dos piezas a partir de las cuales, hacia el interior, se extendían sendas naves que formaban una herradura. Luego de un patio central cuadrado, una nave paralela al cuerpo frontal unía las alas izquierda y derecha del presidio. La dicha nave posibilitaba la inserción de un segundo patio, de forma rectangular. Todas las naves dejaban ver pequeñas ventanas rectangulares protegidas por rejas. Para la cubierta de las naves fue utilizada la teja criolla.  El pórtico estaba coronado por un pretil recto severo en su decoración, una puerta de acceso principal con arcada superior enrejada y seis ventanales a cada lado de la puerta, de simple herrería. En la explanada de tierra frente al inmueble fueron plantados algunos árboles. El resto del recinto carcelario estaba bordeado de un terreno que lo separaba de las “calles”, pero sin ningún muro divisorio ni cerca. A la entrada, sobre la pared, una placa de mármol fue colocada en el mismo año 1862 para recordar la construcción del inmueble.



La Real Cárcel dejó de ser Real para convertirse en Cárcel Pública al término de la dominación colonial (posteriormente Cárcel Provincial), y un año después la San José periurbana, donde se levantaba el penal fue convertida en Paseo de la Paz. El edificio no cambió de aspecto en todos esos años, pero los cambios republicanos dieron terminación o renovaron la maraña urbana heredada. A la Cárcel le fue agregado un recinto enrejado sostenido por pilares rematados en punta. En el jardín contiguo a la nave izquierda le fue incorporada una fuente circular, y fueron plantados olivos y palmas. Entre columna y columna de las que soportan el frontón, fueron insertadas rejas de hierro forjado. En 1923, el Paseo de la Paz es rebautizado Avenida General Juan Bruno Zayas, y una placa colocada en el cruce de la “avenida” con la calle Caridad, dio fe de este cambio (la placa desapareció no hace mucho cuando la vivienda enclavada en la esquina fue reconstruida). 


En un trágico accidente ocurrido en la esquina de la carretera Central y el Paseo de la Paz, en septiembre de 1950, perdieron la vida dos empleados del Juzgado, y para recordarlos, colegas de la profesión y amigos colocaron una placa “in memorian” en junio de 1951. Durante el ataque a Santa Clara por las tropas del ejército Rebelde, la penitenciaría fue asaltada y tomada el 31 de diciembre de 1958. La Cárcel Provincial devenida “la cárcel” después de 1959, estuvo en activo hasta la construcción del Penal de alta seguridad, conocido como Pretensado. ©cAc-2018



1 comentario:

  1. De niño recuerdo haber visto el automóvil incrustado contra la pared. Recuerdo la cárcel pues vivía en la Calle Alemán y ese era nuestro paso obligado. Muchísimo después la convirtieron en una secundaria básica.

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