La idea de escribir un texto tratando la figura de un personaje relevante como lo fuera el maestro Mariano Clemente Prado, es para dar término a una trilogía de textos que pienso deben estar casi unidos, históricamente hablando[1]. Un callejón y dos figuras históricas. En el callejón de Santa Bárbara, entonces pedregoso en 1854, nació un 26 de julio, Mariano Clemente, Prado por su padre y López por el lado maternal. A la par de una buena educación familiar, durante su instrucción primaria y secundaria, aprendió los valores patrios y del magisterio que recibió por parte de Joaquín Anido Ledón, educador y humanista villaclareño. La primera guerra por la independencia (1868-1878) envolvió a la provincia de Las Villas e influyó en el bregar cotidiano y en el pensamiento de los villareños. Al ser cerrado el colegio San Idelfonso, Mariano Clemente pasa al San Agustín, donde manifiesta su vocación por el magisterio. Varias escuelas de Santa Clara lo vieron desempeñarse como maestro, y a los 22 años, cuando todavía no había terminado la Guerra de los Diez Años, en sociedad con Eugenio Ledón, fundó un colegio que nombraron Santo Domingo. Hace exámenes de oposición, y obtiene la dirección del Colegio Municipal Conyedo. Trabaja arduamente, y convierte su casa en colegio, el Santa Ana, al que dejaría en manos de un primo suyo, para entoncer dirigir una prestigiosa escuela de Santa Clara, la Escuela Pía, en la cual ejerció hasta el final de sus días, en mayo de 1899, golpeado por el paludismo. Mariano Clemente Prado, al decir de sus contemporáneos, fue un hombre ejemplar, visionario y precursor de ideas magistrales. En el último cuarto del siglo XIX, Santa Clara era rica en publicaciones periódicas, y en casi todas colaboró el maestro. De manera benévola, Mariano Clemente Prado ejerció en la escuela para adultos, perteneciente a la Sociedad El Gran Cervantes. Su cultura y pasión por la educación lo impulsaron a escribir obras didácticas novedosas para la enseñanza. En 1889, por sus doscientos años de fundada, Santa Clara organizó una « Feria-Exposición ». En dicha feria se premiaron diversas obras de diferentes secciones, y en la de Bellas Artes y Letras, Mariano Clemente Prado obtuvo la medalla de Plata por su obra « Gramática castellana y Retórica ». Aunque los santaclareños sigan llamando Callejón de Santa Bárbara a la calle donde naciera Mariano Clemente Prado, sin menospreciar al patriota Alberdi, que perdió ese mérito y que pudiera ser todavía honrado en otra vía de la ciudad, fue una excelente idea de rebautizar la calle en recuerdo al pedagogo villaclareño, en noviembre de 1917, por acuerdo del ayuntamiento, y de colocar una tarja en su memoria, el 31 de diciembre de ese mismo año, en la fachada de la casa donde naciera, hoy día anexada a la escuela primaria « 13 de Marzo » que tiene su entrada por Juan Bruno Zayas. ©cAc-2020
[1] Los datos biográficos de Mariano Clemente Prado están extraídos de diversas fuentes, entre ellas, obras de Manuel García Garófalo y Pedro Camps y Camps.