lunes, 1 de diciembre de 2008

Dispensario "El Amparo"

Tiempo hacía que en el pensamiento de Marta Abreu rondaba la idea de crear un dispensario. Una noche decembrina de 1894, se encontraba reunido el “Cuerpo Médico” de la ciudad de Santa Clara y entre otros temas, surgió el de la necesidad de crear un dispensario donde pudiera tratarse a los enfermos sin recursos. Los doctores Rafael Tristá y Eugenio Cuesta, personalidades familiares a Marta, se contaban entre los presentes, y lo hicieron saber a la benefactora. Marta, deseosa de llevar adelante el proyecto, no vaciló ante la oportunidad y aprovechando una visita de Tristá a La Habana, le hizo saber que ella se encargaría de costear cuanto fuera necesario. El dispensario vio la luz y el cuerpo médico acordó honorablemente darle el nombre de la patricia, que enterada se negó a dicho honor, y propuso el nombre con el cual fue bautizado, “El Amparo”. El dispensario, dotado de equipamiento quirúrgico y la infraestructura necesaria, abrió sus puertas en la calle San José actual Villuendas. Una tarja fue desvelada en su inauguración, y decía:
“El Amparo, Dispensario para niños pobres instalado por la Sra. Doña Marta Abreu de Estévez: fundado y dirigido por el Cuerpo-Médico-Farmacéutico de esta Ciudad y sostenido por el I. Ayuntamiento y la Caridad pública. 1895”.
Si la fuerza ejecutora de Marta Abreu era como un torbellino que protegía a los pobres de su ciudad, no puede olvidarse a una figura que fue aliento y sostén en cada obra de Marta: el doctor Rafael Tristá, virtuoso santaclareño que fue el alma del quehacer cotidiano del dispensario. Tanto Marta como él tenían como divisa para su obra “todo por el desvalido”.

El dispensario se pierde en el recuerdo de las personas más ancianas que he contactado y que hubieran podido contarme historias desconocidas para mi. Desgraciadamente la memoria colectiva a veces flaquea y se pierde en los meandros del olvido. Me gustaría saber si todavía existe el mármol que recuerda al Dr.Tristá y su retrato, y que estaban colocados en el zócalo del edificio. El dispensario desapareció, mucho antes de lo que ustedes puedan pensar, en su lugar, se levanta hoy un edificio que alberga a la empresa telefónica, conocida como ETECSA (Empresa Telefónica de Cuba S. A.).©cAc-2008

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