lunes, 1 de diciembre de 2008

El tercer edificio religioso de Gloriosa Santa Clara

Estando el obispo Gerónimo Valdés de visita en Gloriosa Santa Clara, a mitad de junio de 1707, concedió la licencia que permitiría la construcción de la ermita del Buenviaje. La ermita que promovieron Antonio Salgado, Domingo Quila, Francisco Moya, Manuel Antunes y Francisco Hurtado, fue el tercer edificio religioso levantado en Gloriosa, y bendecido en su apertura cuando comenzaba 1719 (*). El edificio original se construyó con pesados horcones cortados en las inmediaciones del villorrío, cubiertos de tablas de palma y como techo, pencas de guano. Así se mantuvo durante cuarenta y tres años, al cabo de los cuales fue reconstruido con mampostería y tejas. La reconstrucción que duró desde 1762 hasta 1765 contó con el vigor del Padre Conyedo que veló hasta que fue colocado el techo del templo.
Pasó más de una centuria, y durante ese tiempo, la ermita fue arruinándose casi hasta desaparecer. Templo y camposanto se mezclaron y ante la aparición de restos humanos antiguamente enterrados, religiosos y pueblo se preguntaron qué hacer sin mucha respuesta de las autoridades. La ermita pasó a cargo de los Pasionistas y con el entusiasmo y aporte de Marta Abreu, se abrió una puerta a la no destrucción del edificio. La ermita fue reconstruida y se edificó además, en el terreno anexo, el Convento de la Comunidad, obra que beneficiaba al barrio con un colegio y que mantenía un lugar de culto.
La ermita volvió a sufrir transformaciones para su mejoramiento y se convirtió en Nuestra Señora del Buenviaje.
La iglesia, que ocupa la esquina de la calle del Buenviaje y de la calle Unión, tiene su entrada por ésta última. Colindante a la iglesia, el Arzobispado de Santa Clara. ©cAc-2008

(*) Manuel Dionisio González, en Memoria Histórica de la Villa de Santa Clara y su jurisdicción. Edición de 1858. Villaclara. Imprenta del Siglo. Calle de San José N°18.

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