martes, 14 de julio de 2009

Gloriosa con la proteccion de su patrona, Santa Clara de Asis. Aniversario 320 de la fundacion de la ciudad.



Hace 320 años, en 1689, mientras el capitán Manuel Rodríguez, y José González de la Cruz, alcalde y cura respectivamente de Asiento Viejo del Cayo, se disputaban el lugar donde fundarían un nuevo villorrio a donde se trasladarían los vecinos dispuestos a abandonar la ya centenaria población de San Juan de los Remedios, el mundo daba vueltas y los acontecimientos se sucedían.
Francia declara la guerra a España, y sus tropas invaden la Cataluña hasta las puertas de Girona. El zar Pedro el Grande derroca a su hermana Sofía e inicia su reinado. Nace en La Brède, Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède y de Montesquieu, moralista, pensador político, precursor de la sociología, filósofo y escritor francés del siglo de la Ilustración. El Imperio Otomano nombra Gran Visir a Fazim Mustafa que se convertiría en Köprülü III. Versalles se dota de sus grandes alas norte y sur, realizadas por el sur-intendente de los edificios reales, Jules Hardouin-Mansart, y el sabio suizo, Jacques Bernoulli desarrolla el cálculo integral.
Cien años tenía entonces la villa, cuando la Bastilla es tomada y la Revolución Francesa se pone en marcha. Nace la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, y por decreto, Francia se divide en departamentos. Ese mismo año queda terminado el Panteón de Paris, que diseñara Jacques-Germain Soufflot. En 1789, se elige al primer presidente de la Unión que resultó ser George Washington, y entra en vigor la Constitución americana.
En 1889, ya Santa Clara había obtenido su título de ciudad, la isla había conocido su primera guerra de independencia. Mientras los criollos se preparaban para la segunda guerra contra la dominación española, Oklahoma era abierto a la colonización. El Japón promulga la Constitución de Meiji, redactada por el príncipe Hirobumi Itô y en la India se funda el movimiento Ahmadiya que se convertirá en el principal promotor del renacimiento islámico. Santa Clara, tranquila, creciendo entres sus dos ríos, no es ajena a la Exposición universal de Paris, y Marta, que para entonces vivía entre La Habana y Paris, se hace vocera del acontecimiento, y cuenta a sus amigas de la gran torre que acaban de inaugurar en la capital francesa.
Cumplidos sus trescientos años y sin muro que derribar, Santa Clara se contentó de ver caer aquel que agrietó los cimientos del bloque soviético y que puso fin simbólicamente a la guerra fría. Veinte años más tarde, la ciudad sigue asfixiada por tercos e incompetentes, a pesar de tanta gente talentosa que quisiera verla despojarse de sus males y de aquellos que no vacilan en ponerle trabas. La ciudad de Marta no puede ser más que de su benefactora, que legó a sus hijos pilongos el don de construir y no de la destrucción, como antes lo hicieran los padres Conyedo y Hurtado de Mendoza. Como también lo hicieran, sus ilustres maestras Nicolasa Pedraza y Dámasa Jova, los villaclareños que marcharon a la manigua y aquellas mujeres del pueblo que fueron, soportes indiscutibles de la guerra por la independencia.

Felicidades Gloriosa Santa Clara , fundada en Sabana Larga, en un claro de monte conocido como los Orejanos, a la sombra de un tamarindo, en la mitad del mes de julio de 1689. ©cAc

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