miércoles, 15 de julio de 2009

Remedio para salvar un Cayo: trasladarlo!

En el siglo XVI fueron fundadas las primeras villas de la isla. La octava villa fundada, San Juan de los Remedios, cuyo emplazamiento original y futuros desplazamientos fue pan de cada día entre curas y autoridades del Cabildo, se convirtió en el embrión de la actual ciudad de Santa Clara.
Hacía más de un siglo que Cuba había sido descubierta, más tarde conquistada y la colonización ya estaba enraizada, cuando los remedianos comenzaron a buscar un sitio para trasladar Asiento Viejo del Cayo hacia una zona más segura, o más fértil, y mejor situada, o todo en su conjunto inspirado en muy personales intereses.
Entre los remedianos dispuestos a asentarse en otros parajes, los había nacidos y bautizados en su iglesia parroquial, porque ya el pueblo había sido testigo de la renovación generacional en el espacio de 174 años, y los había llegados de puntos perdidos o conocidos de la península. Es decir, el Cayo Nuevo, como se le conoció en sus orígenes al asentamiento levantado en la hacienda Ciego de Santa Clara conocida también como de Antonio Díaz, no fue fundado ni por conquistadores ávidos de aventuras, ni por colonizadores desembarcados frescamente de sus navíos, ni por designios reales interesados en un lugar que podría llenarle arcas y sostén a sus coronas. No. La indistintamente llamada Cayo Nuevo de Santa Clara, y otras veces Pueblo Nuevo de Antonio Díaz, fue la idea preconcebida por hombres dominadores que habían sembrado la zozobra y la intranquilidad entre sus parroquianos.
La total desaparición de San Juan de los Remedios, o su abandono a medias, la fundación de un nuevo pueblo, el empuje de uno y la subsistencia del otro, que hizo que la vida continuara en los dos Cayos, -el centenario Asiento Viejo, y el Cayo-Nuevo- fue obra de la sed de avaricias y protagonismos del hombre, en busca de nuevos horizontes. Eso es, Santa Clara es el resultado de los nuevos horizontes que se perfilaban en los genes colonizadores y evangelizadores de los curas Cristóbal Bejerano y José González de la Cruz, y del capitán Manuel Rodríguez y sus correligionarios.
Felizmente, la raíz madre de Santa Clara, encanecida y bastante descuidada hoy, no murió en aquel arranque frenético de sus pobladores. A la villa de San Juan de los Remedios, le debemos hoy que haya nacido Santa Clara en aquellos parajes de Sabana Larga. ©cAc
Les propongo un viaje en imágenes por las calles de Remedios.

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