En el siglo XVI
fueron fundadas las primeras villas de la isla. La octava villa fundada, San
Juan de los Remedios, cuyo emplazamiento original y futuros desplazamientos fue
pan de cada día entre curas y autoridades del Cabildo, se convirtió en el
embrión de la actual ciudad de Santa Clara.
Hacía más de un
siglo que Cuba había sido descubierta, más tarde conquistada y la colonización
ya estaba enraizada, cuando los remedianos comenzaron a buscar un sitio para
trasladar Asiento Viejo del Cayo hacia una zona más segura, o más fértil, y
mejor situada, o todo en su conjunto inspirado en muy personales intereses.
Entre los
remedianos dispuestos a asentarse en otros parajes, los había nacidos y
bautizados en su iglesia parroquial, porque ya el pueblo había sido testigo de
la renovación generacional en el espacio de 174 años, y los había llegados de
puntos perdidos o conocidos de la península. Es decir, el Cayo Nuevo, como se
le conoció en sus orígenes al asentamiento levantado en la hacienda Ciego de
Santa Clara conocida también como de Antonio Díaz, no fue fundado ni por
conquistadores ávidos de aventuras, ni por colonizadores desembarcados
frescamente de sus navíos, ni por designios reales interesados en un lugar que
podría llenarle arcas y sostén a sus coronas. No. La indistintamente llamada
Cayo Nuevo de Santa Clara, y otras veces Pueblo Nuevo de Antonio Díaz, fue la
idea preconcebida por hombres dominadores que habían sembrado la zozobra y la
intranquilidad entre sus parroquianos.
La total
desaparición de San Juan de los Remedios, o su abandono a medias, la fundación
de un nuevo pueblo, el empuje de uno y la subsistencia del otro, que hizo que
la vida continuara en los dos Cayos, -el centenario Asiento Viejo, y el
Cayo-Nuevo- fue obra de la sed de avaricias y protagonismos del hombre, en
busca de nuevos horizontes. Eso es, Santa Clara es el resultado de los nuevos
horizontes que se perfilaban en los genes colonizadores y evangelizadores de
los curas Cristóbal Bejerano y José González de la Cruz, y del capitán Manuel
Rodríguez y sus correligionarios.
Felizmente, la
raíz madre de Santa Clara, encanecida y bastante descuidada hoy, no murió en
aquel arranque frenético de sus pobladores. A la villa de San Juan de los Remedios,
le debemos hoy que haya nacido Santa Clara en aquellos parajes de Sabana Larga. ©cAc
Les propongo un
viaje en imágenes por las calles de Remedios.
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