miércoles, 10 de diciembre de 2014

Luis Estévez & Julio Jover (San Vicente)

La cuartería sita en la calle Luis Estévez casi llegando a la calle Julio Jover tiene su historia, no como cuartería sino como vivienda unifamiliar. La primera construcción data de la tercera etapa evolutiva de la villa que va de 1760 a 1778. Para entonces, el primer nombre de la calle, Los Huesitos, había sido remplazado por el de Rosario, y a esa altura, las casas de madera    remplazaban los techos de guano por cubiertas de tejas. Siguiendo la dirección hacia el río, solamente el lado izquierdo estaba mercedado. Frente a las casas, manigua y solares enyerbados. Las parcelas mercedadas permitían levantar viviendas espaciosas a sus propietarios. La vida en esta vivienda de planta colonial giraba alrededor del patio central, y cuando años más tarde la casa fue reconstruida con mampostería y techos en madera y tejas, no perdió su sistema espacial de casa colonial tradicional, una sala seguida de una saleta, y luego los dormitorios. El patio central circunvalado por corredores y al fondo la cocina y el comedor. El desarrollo urbano permitió otros cambios a la casa, siempre manteniendo la misma planta. La etapa republicana deja igualmente su huella, agregando confort al encanto colonial pero no será hasta la década del 1960 que la vivienda verá los primeros desgloses en su interior. La vivienda unifamiliar comienza a descuartizarse y sus cuartos a devenir viviendas cuyos ocupantes se compartían la sala de baño original y la espaciosa cocina comedor. Los dormitorios todos tenían un lavabo privativo. Los ocupantes de los dormitorios se ampliaron haciendo uso de los corredores que desaparecieron con paredes de medio punto, justo para separarse de sus vecinos, y unas por comodidad y otras porque la convivencia se tornaba en promiscuidad, los ocupantes dotaron su espacio vital de un baño minúsculo y hasta incorporaron una meseta para los menesteres culinarios. La sala y la saleta se convirtieron igualmente en vivienda y hasta incorporaron baño y cocina. He aquí, una cuartería santaclareña, con ocupantes vitalicios y otros que han vivido, permutado y hasta vendido su “propiedad” en los tiempos de soluciones impensables. ©cAc-2014


Foto tomada desde la puerta de la cuartería. En primer plano el pasillo formado entre los cuartos que ocupan la sala y la saleta de la casa. Al fondo, el cuarto insertado en la que fuera cocina-comedor de la vivienda.
Detalle del techo de la sala. Nótese el trabajo de carpintería. La armadura es la clásica de tabloncillos. El artesonado con carpintería decorativa complementa el trabajo de los tensores que unen el muro de la fachada y el muro de carga que divide la sala y la saleta, compuesto de arcos trilobulados.

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