Estaba
yo en pleno inventario de guardavecinos en la calle Maceo, siempre en
bicicleta, por supuesto, y miraba con curiosidad el interior de las casas, si
alguna hendija se mostraba discreta o la ventana estaba entreabierta. Un
extraño que mira para dentro de las casas no es buen signo, y me doy cuenta que
la gente me observa con cierta desconfianza, peor aún, portando un aparato de
foto imposible de esconder en un bolsillo. Ruedo por Maceo habiendo comenzado
en la esquina donde se levanta el otrora Hotel Suizo. Creo que es la calle que
presenta la mayor cantidad de inmuebles coloniales representativos. Y también
donde vemos algunos cuya deterioración va camino del derrumbe. Sigo mi tarea de
observación y de continuas paradas poniendo el ojo en un techo, un alero, una
fachada, todo aquello que me proporcione material para escribir y para mostrar
a los que vienen detrás, faltos ya de muchas cosas que nosotros logramos
guardar en la memoria. Vecinas comadreando, vecinos sentados en los quicios de
las puertas y yo mirando. Un hombre delgado, canoso, en tenis Converse lee el
periódico sentado en la puerta, y cuando paso, él no levanta la cabeza y yo no
quito la vista al interior de su casa. Freno en seco, y abro la conversación.
De golpe le pregunto si me permite mirar las vidrieras de su casa, y sin
respirar le pregunto si puedo hacer algunas fotos. Tomé cuanto quise, muebles,
pisos, rejas techos y esas lucetas rectangulares que son tan comunes en las
casas santaclareñas. Nos presentamos, y cual no sería mi sorpresa al descubrir
que estaba frente a Sardiñas, el fotógrafo Andrés Sardiñas, uno de los más
grandes artistas del lente de la ciudad de Santa Clara. Con mi cámara y mis
pretensiones de « chasseur d’images » me quedé un poco anonadado
delante del artista octogenario bien cuidado que en lugar de mostrarse en
« maître » quiso aprender de mi, de mis desmanes fotográficos. Le
prometí una visita, si a una « próxima vez » no se interponen las
ráfagas de un huracán. Y le prometí saludarlo con fotos desde esta bitácora
antes de que llegue el tiempo de los aguaceros. ©cAc-2009
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