La
vivienda en Cuba, y en Santa Clara en particular, que es nuestro blanco de
críticas y apreciaciones está, como siempre lo ha estado, amenazada por sus
ocupantes que en pos de confort, de « modernización » y para dar
solución a sus problemas habitacionales, acomete obras y cambios sin
reflexionar al golpe que asestan a la arquitectura interior y exterior de las
viviendas. Decía, « como siempre lo ha estado », porque desde épocas
tempranas, los propietarios de casas no supieron salvaguardar el patrimonio del
que disponían. Hoy, la deterioración de las viviendas, su consiguiente
destrucción y el déficit habitacional,
han permitido renovaciones tanto en interiores como en exteriores que distan
mucho de haber respetado las normas de la conservación y el patrimonio. No
pretendo echar culpas a nadie, porque la
falta y la culpa de lo que pasa es de todos.
En una
de esas viejas casas del centro histórico metí la cabeza cuando vi a un
improvisado « lajero » dar término a la pared lateral izquierda del saguán.
A la derecha, la ventana enrejada que debía permitir ver el salón, tapiada con
« cartón-tabla », porque la pieza ya no hace parte de la casa. Como
muchas casas de fachada ancha, vivienda dividida. En el salón, vive y tiene su
negocio un joyero (esto supone que hubo que añadir baño y cocina a la pieza
concebida para recibo) que necesariamente tuvo que abrir a la calle,una de las
dos ventanas coloniales para convertirla en puerta.
Del
saguán se pasa a la saleta, a la que le entra luz y ventilación por las
hermosas lucetas rectangulares en la que se engarzan vidrios y piezas de
madera, con agujeros para la dicha ventilación. La luceta se acomoda sobre la puerta-ventana y es hermosa tanto desde el interior como desde el patio. Patio lateral, como otras casas que ya hemos visto en éste blog, ahora, y del cual se regocija el coproprietario, acorralado por un muro de balaustres, de nueva factura, y que se han puesto, como los enchapes de piedras y lajas, muy a la moda en cualquier remodelación de casa en la ciudad del Bélico. Como ha dicho en su día la arquitecta Milvia Maribona, eso hace parte del nuevo estilo « neomaceteresco » (ver Un nuevo estilo arquitectónico : el « neomaceteresco » por la arquitecta Milvia Maribona. y también Tropezar con la misma piedra...en la fachada ), y trabajo costará cambiar la mentalidad de los propietarios.
El muro
divisorio, va de la mano de una carencia, de la cual sufren las viejas casas de
la ciudad : las canales. Las canales han desaparecido, caídas a causa de
las vigas y techos podridos, o siguen allí, a punto de desaparecer bajo el
herrumbre y la suciedad, porque hay también un poco de abandono, y la excusa
está en la falta de una escalera para subirse (no venden escaleras en los
comercios, eso es cierto !), y a lo que íbamos, el muro, que supongo casi
más costoso que reparar una canal, será el impedimento a que el agua de lluvia
penetre en el pasillo techado. Las fotos hablan por sí solas. ©cAc-2009
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