viernes, 12 de junio de 2009

Dados, naipes y trucos

Entrados en el segundo cuarto del siglo XVIII, los vecinos de Santa Clara fueron conminados a observar nuevas reglas de convivencia pública. En los espacios públicos de la villa aumentaban los círculos de vecinos que jugaban a los dados, naipes, y se entretenían con diferentes juegos de trucos. ¡Ah, el juego, la perdición de los hombres!, y para evitar que aquello no se convirtiera en un mal profundo, el cabildo dispuso el control de dichos entretenimientos, en los que siempre había dinero de por medio. La disposición rezaba así: « que no los hubiera ni en casas particulares, ni en tablajerías, pena de perdido el dinero que se cogiera y ocho días de cárcel  y al dueño de la casa, además de la misma pena, dos ducados de multa ». Todo parece indicar, que los vecinos hartos de la morosidad de aquellos comienzos de la sociedad poblana, encontraron en los juegos un escape con el cual entretener sus horas, aunque fueran laborales. Y por si fuera poco, con la posibilidad de volver a casa con unos ducados de más en sus bolsillos.
Trucos son los que se sobran en la ciudad del Bélico para sobrevivir. El bochorno del mediodía no es impedimento para sentarse en una esquina y en lugar de hacer una siesta sudando a borbotones sobre una cama, muchos prefieren, si corre una brisa, aunque sea cálida, hacerlo con sus vecinos y amigos. Hoy, apenas se juega a los dados, y poca gente guarda esos cubos cifrados del uno al seis que se removían al interior de una especie de vaso fabricado en cuero, muy sólido, a veces finamente trabajado con detalles. Y aunque en la familia no somos adeptos a los juegos de azar, con sorpresa descubrí un juego en el fondo de una gaveta. 
En las calles de Santa Clara, se juega al parchís, naipes y a las damas, al dominó y hasta se juega a los palitos chinos. Falta de otros entretenimientos? Demasiado tiempo libre?, o como antaño, cuando los alcaldes tuvieron que frenar el abandono de los oficios en horas de trabajo? Les dejo unas instantáneas de naipes y damas pero del siglo XXI. Los jugadores de naipes refrescaban del sol todavía encaramado a las cuatro y media de la tarde, en una calle del santaclareño barrio  Condado. En la calle Maceo, padre e hijo, jugaban una partida de damas, frente a su casa. ©cAc

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