martes, 14 de julio de 2015

Independencia N° 67 (el inmueble)

El inmueble que se levanta en Independencia y Juan Bruno Zayas, de ninguna manera podemos permitir que se desplome. Por la salvaguarda del patrimonio y porque los santaclareños necesitan de ella como institución cultural. La casona tiene valores patrimoniales y arquitecturales. La cornisa que corona los tres lados de la casa, oculta la cubierta de tejas de las piezas delanteras y que corren por el lateral derecho. El resto de la cubierta es de placa revestida de rasilla, y le da aires de terraza a la vivienda, sin peligro de accidente pues el cuadrilátero abierto del patio lleva baranda de hierro con trabajos de forja igual de sorprendentes.  La fachada manifiesta el preludio de la influencia neoclásica con toques eclécticos que pueden apreciarse en la herrería. Unas quince rejas componen el enrejado de la casa, cinco por la fachada principal y seis por la pared que corre por Zayas, todas puerta-ventanas. Por el fondo, las rejas mucho más simples, cubren tres ventanas, y tres rejas hacen función de baranda-balcón, en las ventanas del altillo que hace ángulo en Zayas y La Palma. El motivo de la lira embellece la herrería. La construcción en su origen, a vocación doméstica, anuncia una planta que refleja la tendencia regional a construir utilizando la doble crujía posicionadas paralelamente a la calle, una galería e inmediatamente el patio. El patio fue concebido como un claustro buscando confort a las piezas que lo circundan: iluminación sin incidencia fuerte del sol, y ventilación. La brisa se agolpa y corre por entre las columnas que sostienen el portal en derredor. El constructor no escatimó en pisos, y los mármoles fueron elegidos y posicionados con taraceas en diferentes tonos y calidades. Los pisos exteriores a las piezas habitables no por simples dejan de ser hermosos. La magnificencia de la decoración interior tampoco tuvo reparos, si por un lado la carpintería de las ventanas deja ver cierta influencia toscana en la profusión de pilastras y el imbricado de éstas en los tableros de las puertas; por otro lado, los vitrales aumentan el esplendor de la luz y de la carpintería. La herrería interior es puro bordado donde la nobleza de la forja se encaprichó en formas y vueltas, y justo entrando por el zaguán, el ojo curioso descubre el arte de los maestros de antaño. Dieciséis piezas componen la vivienda, al altillo se llega por la escalera situada en la pieza situada al fondo y que permite una entrada de servicio. El altillo, pieza discreta, de evasión?, de vigía?, al parecer lleva cubierta de tejas si tenemos en cuenta la caída del alero hacia el callejón, sin embargo, los seis pilares coronados por vasos decorativos y entrelazados por barandas dejan pensar a una terraza superior. En realidad la cubierta es de tejas sobre estructura de carpintería. Al centro del patio, un pozo de rondana, mitad decorativo mitad necesidad imperiosa para aliviar la falta de agua en épocas de seca. Un  inmueble con estas características, de sabido valor patrimonial, bien vale una rehabilitación costosa que le de vida y bríos a la ciudad y a la cultura local. ©cAc-2015. 

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