…un paseo en el tiempo, una mirada atrás para recordar calles y muros con sus tristezas y alegrías, los inicios polvorientos, la hora de los adoquines, del desorden, de las ingratitudes y de las esperanzas que se forjan escudriñando el viaje lento de una hoja flotando en las aguas del Bélico…
viernes, 16 de octubre de 2015
Puente de San Cristóbal sobre el Cubanicay
lunes, 12 de octubre de 2015
Puente “El Gallego” (II)


Detalle de las barandas
del puente en consonancia con las fabricadas para la carretera Central.
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![]() |
La curva donde se
insertó la calle Marta Abreu con la carretera Central, en la década de 1940.
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La baranda del puente de
la calle Marta Abreu y que hace la curva con la carretera Central.
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Basurero vecinal entre
el río y las casas que bordean la orilla derecha del Bélico, a las cuales se
accede por Padre Chao. Foto tomada en el 2009.
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En época de seca, el río
Bélico es apenas un curso de agua sin profundidad del cual emergen todas las
basuras que son botadas en sus orillas. Foto tomada en el 2011.
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Viviendas miserables
levantadas en la margen izquierda del río Bélico, y a las cuales se entra por
la calle Real (General Gálvez). Foto tomada desde el puente de la calle Marta
Abreu en el 2009.
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martes, 6 de octubre de 2015
O'Donnell, puente de los buenos
Quiso la
Municipalidad de Santa Clara perennizar la visita que hiciera el gobernador de
la Isla O’Donnel a la villa en 1845 y estimó honrar con su nombre al puente
construido sobre el arroyo de la Tenería, también conocido como Botijuela por
los más viejos. El puente, debajo de su primera piedra guarda como tesoro en
una pequeña caja, todos los documentos alusivos a su construcción. La obra,
inaugurada el 11 de junio de 1846, fue costeada a través de una suscripción
pública.
Autoridades
de la villa y muchos poblanos pasearon por las calles de Santa Clara el retrato
al óleo de la reina Isabel II que había regalado el Capitán general a la ciudad
y lo llevaron consigo hasta el puente en cuestión.

El
puente fue construido en el camino que enlazaba el cementerio y la calle Santa
Elena (hoy Independencia) sobre un modesto curso de agua que casi ha
desaparecido sirviendo de basurero por la falta de civismo de los vecinos y de
todo aquel que construyendo necesita botar escombros.
Pero no
tuvo suerte el insolente Capitán general de la Isla en la honra que le hacían
las autoridades santaclareñas. El puente era paso obligado de los cortejos
fúnebres en su camino al cementerio. Y al llegar allí, dolientes, condolientes
y llorones ya estaban fatigados. La carroza aminoraba la marcha o se detenía. Y
cuando se detenía bajo un sol implacable, aquellos cuyo oficio era despedir el
duelo y dar el último adiós a los muertos, aprovechaban para decir su
panegírico. En ese dircurso todos los muertos eran buenos y los oradores exaltaban
virtudes desconocidas. Escandalosas queridas e infieles maridos, ladrones y
timadores, asesinos, hijos abominables y padres déspotas, rencorosos vecinos y
avariciosos comerciantes, chulos y vividores, todo el mundo al partir recogía
allí su aureola de bueno. Desde entonces, el puente se convirtió en el puente
de los buenos.
El
puente todavía en pie por la solidez de sus cimientos y vital en una calle que
atravesaba la ciudad de este a oeste, suspira sin discursos bajo el maquillaje
de cal que no ha perdonado tan siquiera las tarjas que lo señala. O’Donnell
hace parte de la memoria colonial y aunque representara un período amargo de la
historia insular, el puente no debe ser vergüenza para el patrimonio local. ©cAc
La cal no permite leer lo inscrito, pero sobre las tarjas dice así :
LA VILLA
D SANTA CLARA
AL Exmo
Sr CAPITAN GENERAL DE LA ISLA
D.
LEOPOLDO O’DONNELL
EN MEMORIA
DE LA VISITA QUE SE DIGNO HACERLE
EL 28 D DICIEMBRE D 1845
Y en la otra tarja, y en la que el graffiti no la ha perdonado, está inscrito :
PUENTE
DE
O’DONNELL
AÑO DE
MDCCCXLVI
domingo, 4 de octubre de 2015
Puente de Santa Elena, Santa Clara 1820

Etiquetas:
Para una memoria villaclareña,
Rios y Puentes
sábado, 3 de octubre de 2015
Derrumbe tras derrumbe…

Fue precisamente en 1998, que el inmueble fue
remodelado y convertido en sala de teatro, y sede del GTL cuyo director es
Roberto Orihuela, reconocido actor desde su paso por el Grupo Teatro Escambray
en los años 70, y comprometido artista de la escena villaclareña. Reviniendo a
la remodelación del inmueble, -de hecho vetusto y falto de mantenimiento
durante mucho tiempo, hay que apuntar que la fachada funcionaba independiente a
la cubierta, es decir, no había unión estructural. Los tirantes, -originales,
eran de madera, adoleciendo de que las fogonaduras estuvieran podridas. Durante
una remodelación (la de 1998?), la solera de madera sobre el muro de la
fachada, había sido remplazada por una solera de hormigón armado,
sobredimensionada. Sobredimensión y peso hicieron su cruel trabajo y el
derrumbe, avizorado con antelación, tuvo su día. Y ese día, el muro, y la
cubierta, abofeteados por la lluvia y el mal tiempo, no dieron más de sí. La
fachada se desplomó hacia la calle llevando consigo el peso de la viga. No hubo
que lamentar víctimas por el desplome de la fachada, felizmente. Poco antes del
derrumbe, el custodio del lugar había cruzado la calle para conversar con el
custodio del inmueble que está enfrente. Y los turistas que habían aparcado el
auto frente a la sala de teatro, andaban de paseo por el Parque Vidal. El coche
de turismo quedó aplastado por el amasijo de hierro, madera, tejas y ladrillos.
El post derrumbe tiene otro lado triste. Unos minutos más tarde aparecieron los
saqueadores para llevarse todo el material de construcción susceptible de
servir: vigas, viguetas, maderas, tirantes… El custodio ayudados por otros
celadores intentaron poner freno al saqueo, y lograron salvar muchas cosas.
Llamaron a la Policía (PNR) para que los ayudaran y por respuesta tuvieron “eso
no es asunto nuestro, es responsabilidad de cada organismo de velar por lo suyo”.
Cuál es el rol de la autoridad policial en esos casos? Otra pregunta que nos
deja perplejos. Tocó el turno a los bomberos, que acabaron de tumbar y demoler
lo que quedaba en pie, y luego fregaron el lugar con mangueras de agua. La
esquina, justo al lado de la catedral, y en la importante calle de Marta Abreu,
es una tapia de bloques, un muro sordo que no tiene fecha para desaparecer. Orihuela
y su Grupo Teatro Laboratorio, acaban de perder, con el derrumbe del local sito
en la esquina de Marta Abreu y callejón de Lubián, la sala que les permitía
llegar al público de la ciudad de Santa Clara y proyectarse como hacedores de
un proyecto comunitario (Proyecto Comunitario Utopía), y con acciones derivadas
del quehacer del grupo, como el taller de dramaturgia. El director, preocupado
por el estado del inmueble, que prometía un venidero derrumbe, había pedido
hace más de un año el apuntalamiento de la estructura. No hace mucho en una
emisión radial, Roberto Orihuela, -que llevaba años anunciando ese derrumbe-,
dejó claro que en “Cultura” había muchos funcionarios sin funciones, y que no
le permitían dejar de dar funciones en la sala, para no obstaculizar las
estadísticas. Para la reparación del inmueble, las autoridades competentes
venían anunciando desde hace un lustro, que el presupuesto para dicha
rehabilitación constructiva existía. Y qué hacemos con el anuncio de
presupuesto si al final el anuncio del derrumbe deja perpleja a la ciudadanía,
a los hacedores de teatro, a su director, y a las propias autoridades, que no
tuvieron toda la voluntad necesaria, que no hicieron todo lo necesario por
salvar la sede del grupo, y por salvar una esquina que por fea que fuera hacía
parte del equilibrio urbano de la calle Marta Abreu. ©cAc-2015
viernes, 2 de octubre de 2015
Puente « El Gallego »
![]() |
Puente “El Gallego” con respecto a la plaza del Recreo (1858) |
Sitio exacto en el que
fue construido el puente “El Gallego” en 1858
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