Esquina sudeste. La última de las cuatro esquinas en el cruce de Cuba y San Miguel, que nos interesa desarrollar, es la situada en el cuartón sudeste. El edificio construido en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la calle Cuba se llamaba Carmen, fue indistintamente un cuartel del ejército español y también un convento. Para entonces, el edificio tenía cuatro puertas-ventanas por San Miguel, y por Carmen (Cuba), también cuatro puertas-ventanas, una puerta cochera y una puerta de servicio, que era la más distante de la esquina. Ambas funciones no logro verificarlas, y no me queda otra solución que imaginar usando los soportes visuales. La foto tomada en el 2010 tiene poco que ver con la tomada en el 2020. Considerando que el inmueble dejó de funcionar como cuartel o cerró como casa conventual, cien años después de su construcción, avancemos en fecha y situémonos en la segunda mitad del XIX. Pensemos que la parcela fue dividida en cuatro lotes, dos con fachada por San Miguel y dos con fachada por la calle Cuba. Los cuatro lotes quedaron divididos usando la estructura común y bajo la misma cubierta.
Por San Miguel, el lote más al este, linda con una parcela en la que existen tres viviendas gemelas o « en tira », en una de las cuales vivía la familia Muñíz. El lote al que nos referimos, albergó una sola vivienda, y con el tiempo se dividió en dos espacios habitables. Esta vivienda, en la década del 1950, ocupaba el mayor volumen de la parcela que fuera un solo inmueble en el siglo XVIII. La vivienda con entrada por San Miguel, comprendía una sala, una saleta, cuatro dormitorios, una cocina comedor y todo giraba alrededor de un patio colonial con un corredor cubierto.
En el lote que hace esquina, estuvo situada la Peluquería Pola, que un buen día, por decisión de la peluquera o por decisión de las autoridades, dejó de serlo para con el tiempo convertirse en casa de vivienda. Y como vivienda, la esquina inició su proceso de transformación en la séptima u octava década del pasado siglo, y lo hizo remodelando la puerta principal, y reduciendo las dos puertas-ventanas a dos ventanas de persianas y lucetas, protegidas por una reja fabricadas a partir de cabillas de construcción.
La otra parte del otrora convento o cuartel, es decir, las tres dependencias que daban a la calle Cuba, se convirtieron en dos consultas de dentistas, y un laboratorio dental. Estas tres dependencias dejaron de funcionar con las intervenciones revolucionarias, y también comenzaron a transformarse. La puerta cochera fue reducida al tamaño de una puerta ordinaria, y el restos de las puertas-ventanas perdieron su estructura de origen. Esta porción del antiguo inmueble colonial, puede apreciarse actualmente como una fachada lisa ausente de techo y por supuesto, sin el alero saliente.
En qué se convirtió el ángulo donde se cruzan Cuba y San Miguel ? No podemos hablar de estilo arquitectónico ni de una expresión formal contemporánea que pudiera salvar esa esquina. A partir de la estructura original, la vivienda fue agregando plantas hasta un total de tres. La planta baja tiene dos entradas por San Miguel, y una ventana pequeña, y la ventana situada en la fachada por Cuba, fue remodelada pero mantuvo el volumen que ya tenía. Las protecciones de cabillas desaparecieron y fueron remplazadas por rejas en hierro forjado, siguiendo la tendencia del « todo enrejado » que ha hecho furor en la ciudad de Marta, y por consiguiente, la imagen de una ciudad enrejada/enjaulada. La primera planta, al decir de la situación de las ventanas, fue concebida como dormitorios (4 ?) y baños, cuatro si la planta tiene que ver con el logo en rojo situado en una de las puertas, que indica casa de arriendo, pero en pesos cubanos. La segunda planta tiene una pieza construida en diagonal, para poder situar una terraza abierta protegida por una baranda en ele, decorada con balaustres, y en cada extremo, fue incorporado un guardavecino. Nostalgia del proyectista de un pasado urbano colonial ? La azotea del edificio también está guarecida por una baranda idéntica a la de la planta inferior. En una esquina, también de alto valor suelo, la nueva construcción desarmoniza con el estilo colonial, neocolonial y ecléctico un centro histórico, que cada vez lo es menos. ©cAc-2020