martes, 20 de octubre de 2020

El nuevo edificio (hostal y viviendas). Antigua Peluquería Pola.



Esquina sudeste. La última de las cuatro esquinas en el cruce de Cuba y San Miguel, que nos interesa desarrollar, es la situada en el cuartón sudeste. El edificio construido en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la calle Cuba se llamaba Carmen, fue indistintamente un cuartel del ejército español y también un convento. Para entonces, el edificio tenía cuatro puertas-ventanas por San Miguel, y por Carmen (Cuba), también cuatro puertas-ventanas, una puerta cochera y una puerta de servicio, que era la más distante de la esquina. Ambas funciones no logro verificarlas, y no me queda otra solución que imaginar usando los soportes visuales. La foto tomada en el 2010 tiene poco que ver con la tomada en el 2020. Considerando que el inmueble dejó de funcionar como cuartel o cerró como casa conventual, cien años después de su construcción, avancemos en fecha y situémonos en la segunda mitad del  XIX. Pensemos que la parcela fue dividida en cuatro lotes, dos con fachada por San Miguel y dos con fachada por la calle Cuba. Los cuatro lotes quedaron divididos usando la estructura común y bajo la misma cubierta. 

Por San Miguel, el lote más al este, linda con una parcela en la que existen tres viviendas gemelas o « en tira », en una de las cuales vivía la familia Muñíz. El lote al que nos referimos, albergó una sola vivienda, y con el tiempo se dividió en dos espacios habitables. Esta vivienda, en la década del 1950, ocupaba el mayor volumen de la parcela que fuera un solo inmueble en el siglo XVIII. La vivienda con entrada por San Miguel, comprendía una sala, una saleta, cuatro dormitorios, una cocina comedor y todo giraba alrededor de un patio colonial con un corredor cubierto. 

En el lote que hace esquina, estuvo situada la Peluquería Pola, que un buen día, por decisión de la peluquera o por decisión de las autoridades, dejó de serlo para con el tiempo convertirse en casa de vivienda. Y como vivienda, la esquina inició su proceso de transformación en la séptima u octava década del pasado siglo, y lo hizo remodelando la puerta principal, y reduciendo las dos puertas-ventanas a dos ventanas de persianas y lucetas, protegidas por una reja fabricadas a partir de cabillas de construcción. 

La otra parte del otrora convento o cuartel, es decir, las tres dependencias que daban a la calle Cuba, se convirtieron en dos consultas de dentistas, y un laboratorio dental. Estas tres dependencias dejaron de funcionar con las intervenciones revolucionarias, y también comenzaron a transformarse. La puerta cochera fue reducida al tamaño de una puerta ordinaria, y el restos de las puertas-ventanas perdieron su estructura de origen. Esta porción del antiguo inmueble colonial, puede apreciarse actualmente como una fachada lisa ausente de techo y por supuesto, sin el alero saliente. 

En qué se convirtió el ángulo donde se cruzan Cuba y San Miguel ? No podemos hablar de estilo arquitectónico ni de una expresión formal contemporánea que pudiera salvar esa esquina. A partir de la estructura original, la vivienda fue agregando plantas hasta un total de tres. La planta baja tiene dos entradas por San Miguel, y una ventana pequeña, y la ventana situada en la fachada por Cuba, fue remodelada pero mantuvo el volumen que ya tenía. Las protecciones de cabillas desaparecieron y fueron remplazadas por rejas en hierro forjado, siguiendo la tendencia del « todo enrejado » que ha hecho furor en la ciudad de Marta, y por consiguiente, la imagen de una ciudad enrejada/enjaulada. La primera planta, al decir de la situación de las ventanas, fue concebida como dormitorios (4 ?) y baños, cuatro si la planta tiene que ver con el logo en rojo situado en una de las puertas, que indica casa de arriendo, pero en pesos cubanos. La segunda planta tiene una pieza construida en diagonal, para poder situar una terraza abierta protegida por una baranda en ele, decorada con balaustres, y en cada extremo, fue incorporado un guardavecino. Nostalgia del proyectista de un pasado urbano colonial ? La azotea del edificio también está guarecida por una baranda idéntica a la de la planta inferior. En una esquina, también de alto valor suelo, la nueva construcción desarmoniza con el estilo colonial, neocolonial y ecléctico un centro histórico, que cada vez lo es menos. ©cAc-2020

Se conservará esta esquina en los próximos años ? Antigua Farmacia Dr Calderín.

 

Esquina suroeste. Lote estrecho por San Miguel, alargado por Cuba en dirección al sur. El inmueble, cuyos muros exteriores expresan la solidez con la cual fueron construidos, tiene dos puertas y tres ventanas. La puerta situada más al sur, pertenece a una segunda vivienda en la misma parcela, y da fe de eso el número situado a la derecha. La otra vivienda tiene dos ventanas por Cuba y una por San Miguel, ventanas que originalmente fueron como las puertas, hasta el suelo. Fue esta esquina un comercio antes de ser convertida en vivienda ? En efecto, lo fue, pues en el inmueble radicaba la farmacia Dr Calderín (no confundir con la farmacia W. Calderín, situada en Parque Vidal y Gloria), y que todavía a comienzos de 1960, era una de las cincuenta farmacias registradas en el directorio telefónico de la ciudad. Existió ese momento incierto de los comercios y locales, que le tocó vivir a la farmacia, hasta que el lote fue entregado a la Reforma Urbana, y ésta autorizó su uso como vivienda. Evidentemente, había que cambiar el aspecto de comercio a vivienda, y la rehabilitación no tardó. A pesar de la transformación de las puertas-ventanas, es la esquina que mantiene en mejores condiciones su cubierta de tejas que termina en un sencillo alero. Se conservará la esquina suroeste en los próximos años ? Buena cuestión. Hay un viejo refrán que dice « cuando las bardas de tu vecino veas arder pon atención a las tuyas », y la traigo a colación, porque justamente, los dos lotes vecinos por la acera de San Miguel, ya entraron, uno en proceso de demolición interior que milagrosamente ha conservado la fachada, y el lote más pegado a la esquina, desfigurada su fachada original. ©cAc-2020

La Bodega de Aneiros y la panadería La Paloma



Esquina noroeste. La edificación que existió en este ángulo noroeste del cruce, nos lleva a pensar que desde su parcelación, el objetivo fue comercial, y que la parcela estaba dividida en dos, quizás tres lotes, con fachada principal por San Miguel. Los tres lotes tenían el mismo ancho que el largo de la pared lateral por Cuba. Por San Miguel colindaba con una vivienda y por Cuba, colindaba con el antiguo colegio de las Teresianas, hoy una escuela secundaria. Esta esquina, siguiendo la tradición comercial de la época colonial y su continuación en el período republicano, fue una bodega, y no cualquier bodega, sino la gran bodega de Aneiros, un apellido gallego enraizado en la ciudad de Marta. El bodeguero Aneiros vio intervenido su comercio, y no puedo afirmar que siguiera siendo una bodega, porque cuando descubrí la esquina, ya estaba en su lugar la panadería La Paloma, y que estuvo haciendo panes, y asando lechones para fiestas navideñas familiares hasta el 2015. En el 2009, se derrumbó buena parte de la secundaria (calle Cuba). Una vez finalizados los trabajos de rescate del otrora colegio religioso (2016), comenzó el proceso de demolición del inmueble de la panadería. Un proceso que comenzó por el desconchado de los muros, lo cual nos permitió conocer que el inmueble por la calle Cuba, tuvo originalmente seis grandes puertas. Estas puertas seguramente pertenecían a la bodega de Aneiros. Hubo una etapa de demolición, robo de materiales que pertenecían a la estructura medio abandonada medio demolida, sorpresa de los vecinos, de los pasantes habituales, e incertidumbre por el futuro de esa esquina de un valor suelo innegable. El lote más al oeste, que colinda con una construcción doméstica, ahora sede de una empresa denominada Quimep, fue el primero en ser construido, un inmueble de tres plantas, que abriga dos viviendas, ambas inscritas como hostales que arriendan en divisas al decir del logo en azul (El Bunker de Oro y Villa Cristal). La segunda vivienda en el 2017 todavía estaba en construcción, si apreciamos que la fachada no había sido repellada y la foto tomada este año 2020 la muestra terminada, pero no se aprecia el cartel que colgaba sobre la puerta anunciando Hostal Perla Centro en diciembre del 2019. La esquina de marras, aquella que todavía conservaba la carpintería de su techo y la cubierta de tejas hasta más o menos el 2015, está a medio terminar en este 2020, y como las otras nuevas construcciones, distorsionan completamente el paisaje urbano de la ciudad. Ni bodega, ni panadería, una murió, la otra se fue volando. ©cAc-2020



lunes, 19 de octubre de 2020

La « panadería » imaginaria (antiguo diario La Publicidad)



Esquina nordeste. La esquina es estrecha por Cuba y la edificación se extiende por San Miguel hacia el este. Es posible que la parcela construida haya sido dividida en tres lotes, destinados a vivienda y comercio. Es indiscutible que la parte comercial de la edificación fue situada en la misma esquina, y lo advierte el ancho de las puertas que dan por Cuba, una de las cuales, fue completamente cementada, la otra transformada, convertida en puerta, y una ventana en la parte superior, lo que me permite pensar que en esa parte fue construido un entresuelo artesanal o barbacoa en lenguaje popular. Y bien, les cuento que en esta esquina tenía su sede el diario santaclareño La Publicidad, fundado en octubre de 1904, y las oficinas de su director, el señor Antonio J. Vidaurreta. El diario dejó de existir a partir de 1959, y la historia de esos muros, intervenidos por las autoridades regionales del gobierno revolucionario, podemos hacer abstracción e imaginarla. El renacimiento de la esquina está ligado al periodo de existencia de la panadería La Paloma. Actualmente, la esquina, y eso desde hace años, es un punto de venta de pan a la población para los vecinos de la circunscripción. Lo interesante es que los « consumidores » que se desplazan al punto de venta para comprar la cuota diaria de pan, en su imaginación van a la panadería, es decir, a una panadería inexistente !, pues la esquina no es otra cosa que un mostrador que distribuye el pan, que viene de alguna panadería o centro de elaboración. Los dos lotes que le siguen, si consideramos la transformación de la fachada, no puedo saber si originalmente fueron lotes con función de comercio o de vivienda. Habría que preguntarle a la familia del señor Vidaurreta. La transformación de esas fachadas es caótica, y actualmente ambos lotes corresponden a viviendas. ©cAc-2020

Un cruce, cuatro esquinas



Querer llegar al fondo de un pozo es siempre difícil y por muchas razones, Santa Clara se convierte en un profundo pozo a la hora de buscar información. La esquina de Cuba y San Miguel, es uno de los fondos de pozo de acceso difícil. Me han empujado a desenpolvar fotos recientes, y como escribir sobre la ciudad de Marta, me llena de satisfacción, huérfano de documentación, echo a volar mi imaginación para tratar de imbricar historia conocida, la historia contada por antiguos ocupantes y la historia que nadie me ha contado. 

Las cuatro esquinas fueron edificadas en la misma época, con cierta  similitud en el tamaño de las parcelas, la solidez de los muros de las fachadas, la cubierta de los techos, la carpintería y el diseño de los aleros. De hecho, cuatro esquinas con la misma tipología arquitectónica, que globalmente permitían considerarse como armónicas, y que si bien eran de escaso valor arquitectónico, podrían haberse tenido en cuenta por el valor urbanístico. Les propongo, en un próximo post, ver detalles de cada esquina, cardinalmente, dando la espalda al sur, o sea, mirando hacia el norte, al parque Vidal. ©cAc-2020

domingo, 18 de octubre de 2020

Esquina de San Miguel y Cuba…

 


…o Cuba y San Miguel, según la orientación que se le quiera dar a esas cuatro esquinas que hasta hace poco mantuvieron la armonía arquitectónica de la época colonial. Para llegar a esa esquina vamos a remontarnos a los primeros años de la fundación de Gloriosa Santa Clara. La calle que se abría al sur desde el ángulo suroeste de la plaza de Armas fue denominada San Pablo. Era como todas, polvorienta en la seca y pantanosa en la época de lluvias, y el tramo parcelado no pasó de 120 varas. El arroyo Marmolejo, que nacía en la laguna del Francés, fue el primer obstáculo en el alargamiento de San Pablo hacia el sur. La laguna del Francés, que de hecho era pequeña se fue secando, aunque el manatial  siguió vertiendo su hilo de agua hacia el Marmolejo. El curso de agua nunca desapareció, pero fue perdiendo fuerza como arroyo. Continuaron mercedándose las parcelas a medida que se extendía San Pablo, y la calle dejó de llamarse así para convertirse en la calle Carmen, la cual llegó hasta la actual calle de San Miguel. La manigua iba desapareciendo, y ese sector sur fue denominado Tanoya, un barrio en el que se asentaron familias pobres, en su mayoría pardos y negros libres. Otro cambio en la señalética, hizo que nombraran Carmen a la calle del Provincial (actual Máximo Gómez), y la otrora San Pablo fue rebautizada como calle Cuba, esto ocurría en la mitad del siglo XVIII. La villa progresaba y seguía la urbanización del sector sur, y a medida que la calle se extendía, surgían otras transversales. Y fue entonces que nació el cruce de la calle Cuba con la calle San Miguel. La teja y la mampostería se iban imponiendo en la urbanización. Las cuatro esquinas vieron levantar caserones de gruesos muros, altos techos cubiertos de tejas, con aleros salientes. En las parcelas se construían viviendas y también comercios y menestrales. Los caserones, que fueran viviendas o comercios, llegaron hasta nuestros días, y aunque muchas veces los pasantes, a fuerza de pasar no pusieran atención a ellos, la huella del urbanismo colonial estaba enraizada en esas cuatro esquinas, y cuyo cruce se llamó en los albores de la República, calle de José de Jesús Monteagudo (Cuba), patriota de la gesta independentista, y calle Manuel Dionisio González (San Miguel), en honor a nuestro primer historiador santaclareño. Ambas apelaciones no cuajaron en la oralidad popular, que siguió llamándolas Cuba y San Miguel, aunque esta última, una vez más fue rebautizada después de 1959, y las placas la señalan como Avenida 9 de Abril. Los invito a seguir leyendo en venideros post, sobre esta esquina, y bienvenidos los comentarios… ©cAc-2020