lunes, 1 de febrero de 2010

Interior de casa (VII) Marta Abreu N° 122



Me complace presentarles una de las vidrieras interiores mejor conservadas de Santa Clara, y que además, si bien sigue el modelo de lucetas rectangulares incorporadas en la parte superior de un ventanal divisorio entre saleta, pasillo y patio, éstas fueron incorporadas sobre un trabajo de madera, que además de separar, permite la ventilación. Evidentemente, pude notar cambios. La vidriera estaba compuesta de tres lados, que formaban una cerca vidriada alrededor del patio como respiro de la casa. La parte dando a la estancia del fondo, que fue el comedor, desapareció al utilizarse para otra función (una oficina?). Fue construida una pared y se le incorporaron dos ventanas de persianas. El número 122 de la actual calle de Marta Abreu, -tal como su vecino de la derecha, ocupa una casa neocolonial, que fuera reconstruida al final del siglo XIX y luego incorporó los detalles de su aspecto actual en los albores del XX. La fachada, con ornamentos decorativos propios de la época en que la calle Calvario cambiaba su imagen, se compone de una puerta de entrada y tres grandes ventanas con lucetas superiores y persianas a la francesa, las tres, protegidas por hermosas rejas-ventanas cuyas hojas abrían hacia el interior. El inmueble debe haber sufrido una división, pues la reja de la tercera ventana hacia la izquierda fue, siguiendo el espacio como abertura, cortada para permitir una entrada a la casa por ella. También en la fachada se observa enel extremo izquierdo, una abertura protegida por una reja de cabilla, que debe haber sido la plaza donde estuvo instalado un equipo de aire acondicionado. Zaguán con alta puerta de arcada como acceso a la saleta, con hermoso enrejado en hierro trabajado en su parte superior. En la pared izquierda del zaguán, una puerta enrejada nos hace visible el salón de recibo, al que también se accede desde la saleta. Los cuatro dormitorios y el cuarto de baño, corridos, ocupan el ala izquierda de la casa, y puede pasarse de una a otra habitación sin necesidad de salir al pasillo exterior, al que se sale desde la saleta y desemboca en el comedor-cocina. El ventanal con lucetas da luz y frescor a la saleta y al comedor. Los pisos de las piezas hacen parte del abanico de formas y colores que pueden verse en las casas de Santa Clara, toda la casa está cobijada con tejas criollas, sobre una sólida carpintería de vigas y viguetas trabajadas en sus extremos, y el área que ocupan el zaguán, la sala y la saleta, está ornamentada por un falso techo con diminutas molduras cuadradas. Las fotos fueron tomadas un domingo después del mediodía. Yo pasaba por casualidad, y la puerta abierta me hizo ver el rojo sangre de los vidrios. Entré. Una muchacha cumplía su “guardia obrera” detrás de un buró “de recepción” instalado en la saleta pero mirando hacia la calle. Le expliqué que me interesaban las casas de la ciudad, y que me gustaría fotografiar las lucetas. Las ventanas y nada más, -me dijo, y en eso vino del fondo del inmueble, su esposo que la acompañaba. Algo es algo, -me dije, y traté de llevarme una idea del caserón, para hacer el croquis que les presento, pero cuya imaginación es bastante cercana a la planta real. La casa de la derecha, el N° 120, es similar a la que nos retiene. ©cAc

©cAc-2009

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