miércoles, 2 de marzo de 2011

...a automóviles y garajes

Con la llegada del automóvil a la isla en 1898, el paisaje urbano se revolucionó, hizo bascular la mentalidad de los cubanos así como la noción de “aparcamiento”, una palabra que se agregó al léxico caribeño, de muchas formas y realidades. Inmediatamente la cochera fue remplazada por los garajes, en aquellas casas que se transformaron a principios del s.XX, y las nuevas edificaciones tuvieron en cuenta habilitar un espacio para los “fotingos” y “trespatá”. Carruajes fueron los coches tirados por caballos y carruajes fueron los primeros automóviles. “Salida de carruajes” puede verse inscrito en los muros de casas que poseían “cochera”. La importación de automóviles a la isla fue aumentando, y el acceso al mismo, a pesar de ser una inversión notable, se democratizó. Muchos propietarios de automóvil no tenían garaje y los “carros” quedaban a la intemperie.  Otros quedaban aparcados frente a los inmuebles si la calle lo permitía, o en las plazas, que fueron adornándose de vehículos, cada vez más y más. El parque Vidal en los primeros veinticinco años del s.XX fue testigo de la desaparición paulatina de caballos y mulos con sacos y alforjas, y de los carruajes a tracción animal. Al reordenarse el parque Vidal como “parque republicano”, la banda de calle pavimentada, no solo sirvió para la circulación de vehículos, sino también para su estacionamiento. El automóvil fue ganando terreno y se convirtió en ocupante distinguido en derredor del parque, como también ganó un espacio en aquellas viviendas que se remodelaron, y cuya familia poseía un automóvil. Aprecien ustedes cuatro viviendas de la ciudad con garaje incorporado, construidas entre 1925 y 1957. Estas casas se levantan en las calles San Miguel, Candelaria y Maceo. ©cAc

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