jueves, 14 de marzo de 2013

El hospedaje de la calle San Lorenzo (Hotel América)


Comenzaba mayo del año 1888 cuando Don Enrique Rascón inscribió como de su propiedad la finca urbana situada en la calle San Lorenzo. A la finca le fue atribuido el número 549 en el Registro de la Propiedad. La casa, más bien casona por el número de habitaciones, estaba construida en mampostería, madera, y su cubierta de tejas. Una antesala y a continuación, la sala, eran las piezas de recibo y reuniones familiares. El comedor y la cocina estaban situados al fondo del inmueble. Para las nueve habitaciones, repartidas, cuatro en la planta baja y cinco en la planta alta, dos letrinas estaban a disposición, también situadas al fondo de la casa. El piso de la planta alta era completamente de madera, y a los cuartos se accedía por una escalera estrecha de madera que partiendo de la sala desembocaba en un pasillo cerrado que llevaba a las habitaciones. Fue precisamente Don Enrique quien comenzó a rehabilitar la casona con fines comerciales, y en el plazo de ocho años el inmueble sufrió cambios en su estructura. A finales del XIX, Don Enrique Rascón se desembaraza de la propiedad, y la misma pasa por las manos de varios propietarios, que van intuyendo que la casona está situada en una calle secundaria pero a unos cincuenta metros de la calle Isabel II (actual calle Colón) y a proximidad de la Plaza Mayor, lo que le confería mayor valor a la superficie. Hasta 1917, a pesar de los cambios estructurales, la casa va a mantener su viejo estilo colonial, en el que se denotaba el friso bajo de su fachada. Por esta época, Santa Clara va a montar en el tren de la renovación urbana, y su paisaje inmobiliario va a cambiar de manera impresionante. La renovación traerá consigo la pérdida de buena parte del patrimonio urbano construido durante el XIX, y un ejemplo de ello lo fue la casona de la calle San Lorenzo. Si bien el inmueble mantuvo su estructura de dos niveles, la fachada se acomodó a los nuevos estilos, y la casa, convertida ya en negocio de hospedaje, se perfiló como hostería. La planta baja incorporó dos puertas principales por las que se accedía al zaguán y de allí al salón y al comedor. Esta planta tenía un baño y un inodoro separados, y una puerta de acceso al patio. En la planta alta fueron construidas 16 habitaciones y de uso común, tres baños y tres inodoros. Las habitaciones dando a la calle, disponían de seis puertas-ventanas con acceso a sendos balcones. Dos galerías portaladas tenían sitio en esta planta. Tampoco llegó a nuestros días este inmueble reconstruido a principios del XX. El boom económico de la década del 50’ borró todo vestigio del vetusto caserón de San Lorenzo y en su lugar se construyó no una hostería sino un hotel con mayúsculas, el Hotel América. ©cAc-2013

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