El Hotel América estaba en la mirilla de las autoridades locales desde hacía tiempo, y no faltaban las entidades interesadas en participar en el proceso inversionista de hecho complicado. Hacía falta concretizar un proyecto responsable y un buen ejecutor. Finalmente el hotel cerró sus puertas en la primera década del 2000. Pregunté y nunca me precisaron la fecha. Casi al mismo tiempo, se cierra el acceso al parque colindante. Me han dicho que aunque el hotel había sido clausurado, la familia continuaba viviendo en la tercera planta. Parece que un buen día decidieron reubicarla en otra vivienda, y es a partir de ese momento que los muros del hotel comienzan a desvestirse y la conversión en ruina se hace inminente. Mientras el suspenso atraía la curiosidad de los pilongos acostumbrados a tomarse un helado en Coppelia, la desolación se apoderaba del sitio solo ocupado por columnas y espectros fantasmales. La hierba comenzó a cundir el espacio de lo que había sido parque de conciertos y espectáculos humorísticos. Corría el año 2009. Se avizoraba la segunda intervención. ©cAc-2013
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