jueves, 24 de febrero de 2011

Esquinas de SC (La Cámara de Comercio se sacude de su valla)

La rehabilitación de la esquina donde antes estuvo la Cámara de Comercio e Industria de Santa Clara y su conversión en espacio comercial involucra una segunda esquina, aquella que fuera cafetería Los Taínos, en la planta baja, y casa de vecindad en la planta alta, y que se suma al proyecto renovador del centro urbano. Cuando estuve en febrero del 2009 en SC, la obra de rehabilitación ya estaba en marcha y cercada por una valla metálica. Soy un apasionado de las vallas que protegen las obras de construcción o de restauración de edificios, por todo lo que concierne a la protección del lugar y de los pasantes exteriores, pero también porque las vallas se han convertido en efímeras obras dearte capaces de dar una idea de aquello que se construye o rehabilita, y al mismo tiempo mantener la armonía del paisaje.


  
©cAc-2009

Digo esto porque, la valla que levantaron para proteger la obra en cuestión, no estimulaba a pasar por aquella esquina, y no propiamente la valla, sino los embarres negros que la afeaban. Felizmente, la esquina acaba de sacudirse de su valla y da un aspecto más limpio del sitio. Esto no quiere decir que la restauración de la fachada haya sido terminada, pues aún quedan muchos detalles que a simple vista pueden apreciarse. La cerca quitada, y abiertas la circulación vial y de peatones en ese tramo y esquinas, todo parece indicar que el término de la obra va tocando a su fin. Para aquellos que no han visto el área desvestida, les dejo algunas imágenes…©cAc

  
 
©cAc-2010

miércoles, 23 de febrero de 2011

Interior de casa (X) Independencia 145

Hacía tiempo que había reparado en la fachada de esta casa de la calle Independencia, siempre cerrada, y no me atrevía a tocar, no quería molestar, entiendo que tocar a la puerta y luego pedir entrar para fotografiar un interior no siempre es del placer del ocupante, y los hay y los hay! Aquella mañana de domingo, viniendo por Esquerra hacia Independencia, vi la puerta abierta y una señora en el umbral. Le pregunté si la casa había sido remozada y convertida en hostal. No precisamente, aunque si como hospedaje, lo que llaman en Cuba, una “casa de visita” atada a un organismo. La puerta de la casa lleva la huella pasada del Grupo de los Mil. Allí vivió un miembro de ese Comité de ciudadanos interesados a salvaguardar el patrimonio de la ciudad de Marta. No hubo desconfianza por parte de la señora que estaba en la puerta, y me mostró la casa de “fond en comble”! Yo, entusiasmado intenté imaginármela antes, mucho más antes, la vieja casa colonial, luego transformada en la segunda mitad del XIX y vuelta a transformar a principios del XX. Evidentemente también la casa ha sufrido transformaciones más recientes, aunque no ha sido, afortunadamente, mutilada de su estilo. La casa de vivienda estaba compuesta de sala, saleta, patio interior, cocina, comedor, con escalera a una o dos piezas en altos, con piso de tabloncillo como todo el techo de la casa, y todos los dormitorios a la derecha, corridos con una sala de baño intermedia. Me pregunto si la casa tuvo o tiene un patio lateral, y eso me lo indica una ventana (puerta?) situada en la pared derecha del comedor, del lado de la escalera.
La sala y la saleta fueron reducidas del lado izquierdo para agregar dos dormitorios a la casa, yo pienso que el dormitorio hecho en una parte de la saleta fue el primero en agregarse, y quizás en los años 30-40’. Me lo hace pensar la pared de medio punto cerrada hasta el techo con un trabajo de carpintería y lucetas similar a otros de la casa. El incorporado en el ala izquierda de la sala es mucho más reciente. La peor mutilación que sufrió la casa fue la pared de puertas-ventanas que una vez fue saleta y que dan al patio central. Si felizmente se conservan las lucetas superiores, la pieza fue cerrada y se le incorporaron dos ventanas de persianas que rompen la armonía del estilo de la vivienda. La casa conserva los hermosos pisos de mosaicos propios de principios del XX, y buena parte de la carpintería, lucetas y verjas en hierro forjado. Desgraciadamente, dos puertas-ventanas de la fachada principal y sus verjas de hierro fueron cortadas para incorporar equipos de climatización. El salón comedor mantiene la separación con la cocina a través de un mueble para loza y vajillas, -piezas que fueron desapareciendo poco a poco, cada vez que la casa cambiaba de organismo, me dijo una de las dos trabajadoras de la casa- y que permite el traslado de la comida por una abertura central. Un pasillo abierto techado une la saleta con el comedor. El patio conserva un lavadero enchapado en losas de cerámica blanca con azulejos insertados de forma decorativa. Sin embargo, una de las piezas de la casa que más sorprende es la sala de baño, que no conserva la bañadera original, pero a pesar del tiempo, conserva, los azulejos blancos, la cenefa superior y un enchape en el piso imitando una alfombra de baño, cuyos azulejos corresponden a un paisaje que muestra una vaca y un toro pastando tranquilamente. Tranquilamente pude disfrutar el ambiente apacible de la casa, aquella mañana de domingo, y lo agradecí a las dos empleadas convertidas en anfitrionas! ©cAc-2011

viernes, 18 de febrero de 2011

Independencia & Alemán (sin trazas del pasado)

Independencia y Alemán. Un espacio abierto otrora construido. Me pregunto si alguna vez esa esquina albergó una edificación. Dos muros de fondo. Uno pertenece al edificio contiguo por Independencia, el otro, el largo de toda la casa que da por Alemán. Lo que fue esa esquina, no tengo ni la más remota idea, y tampoco pude saberlo de boca de aquellos a quienes pregunté. El señor de la carretilla que vende ajos porros y cilantros se me quedó boquiabierto, y enfrente, el que vende los aguacates, medio parecido. Los de la bodega me dijeron, -lo que había ahí se derrumbó, pero no sabemos qué era…, una vivienda?, una bodega, u otro negocio comercial, que siempre se implantaban en las esquinas? No sé, nadie pudo decirme, y a lo mejor alguien que lea esta bitácora nos comenta y nos colma la curiosidad. Alemán e Independencia. Es la misma esquina en la que descubro una novedad yendo a visitar a una prima. Tampoco ella sabe qué techo cobijó a esa esquina. La novedad es una escultura femenina instalada sobre un pedestal al borde de un estanque cuadrado con fondo empedrado. Digo la novedad, porque el espacio público ya existía. Bancos largos de cemento, jardineras, tres farolas coronadas por bombas traslúcidas y un árbol que esperemos crezca y dé sombra a quienes se detengan allí para hacer una pausa. Lo de haber sembrado un árbol es una buena idea, Santa Clara adolece de verde y sombras al interior de sus ríos. Por el momento hay que esperar que pase el mediodía para ocupar el banco pegado al muro contiguo al edificio. Les presento la escultura.
©cAc-2011
Agazapada la escultura?, o haciendo como si fuera a tirarse en el estanque? Piedra esculpida de la que tampoco podré decir el nombre de su autor. Bueno hubiera sido haberle incorporado una chapilla con los datos más elementales. O quizás fui yo quien la pasó por alto. Los vecinos ya tienen donde sentarse a conversar durante las calurosas noches de verano, a sólo cien metros del Bélico. ©cAc-2011
©cAc-2011

jueves, 17 de febrero de 2011

Esquina en rehabilitación (Luis Estévez & Céspedes)

En noviembre del 2009, quedó publicado en este blog el artículo Tres esquinas de Santa Clara…[http://casanovacarlos2.blogspot.com/2009/11/tres-esquinas-de-santa-clara.html ] en el cual aludíamos a tres esquinas muy vinculadas al parque Vidal, siendo una de ellas la de Céspedes y Luis Estévez. Hoy les propongo remontarnos, no a los orígenes de esa esquina, sino a un pasado reciente ya la renovación que se ejecuta actualmente, o ya terminada,no puedo asegurarlo, pues cuando eché el último vistazo a esa esquina en los albores de este año, estaba en el estado que les muestro más abajo. Parte de la historia está contada en Céspedes y Luis Estévez (BCC),[ http://casanovacarlos2.blogspot.com/2009/11/cespedes-y-luis-estevez-bcc.html ] y me permito volver atrás para corregir y agregar detalles a esta esquina.
La primera casa construida en esa esquina, fue obra de Marcos Gaspar Rodríguez en 1689. La vivienda fue rehabilitada por Marcos Gaspar hijo, tiempo después de fallecer su madre, Juana Márquez. Al término del s.XVIII, la casa ya era de mampostería y tejas, con grandes puertas ventanas, y hasta se le agregaron trabajos de forja, y se le mejoraron los pisos. En ella siguieron viviendo los herederos de una de las familias fundadoras, que no cejan en usar el progreso para darle toques de modernidad a la morada, y de convertirla a mediados de la segunda mitad del siglo XIX en un próspero hotel de viajeros, el Hotel Santa Clara, probablemente, uno de los primeros sitios que tuvo la ciudad para alojar forasteros. Entre los huéspedes que vio desfilar el apacible hotel, no fue un simple forastero de paso por la ciudad de Marta, sino el fecundador e intérprete del tramo ferroviario que enlazaría el centro de la isla con el oriente cubano, Sir William Van Horne, canadiense y noble caballero. Van Horne, durante la construcción del camino férreo, plantó cuartel en el hotel, y desde allí seguía el curso de la obra[1].

El hotel, del cual queda en pie una parte de su fachada lateral y del fondo, se componía de una planta con frente por la calle San Juan Bautista (Luis Estévez), muro lateral izquierdo por Santa Rosa (Céspedes), y el fondo dando a la calle Los Vizcaínos (Plácido). De factura neoclásica, el inmueble lucía por su frontón y sus puertas-ventanas, algunas tocadas de balcones dignos del arte herreriano, otras manteniendo la forja anterior a su habilitación como hotel. Sendos faroles en hierro sobresalían a cada lado de la puerta principal. El pretil, en lugar de balaustres incorporados, fue construido como un conjunto en el que se destacan notablemente las aberturas a manera de celosía del mismo. Un detalle a tener en cuenta, es el nivel del piso de todo el inmueble, que está a la altura de la acera por Luis Estévez y mucho más alto por la fachada posterior, en Plácido, y aquí me asalta la duda, observando ese tramo de fachada y trazas del otrora hotel, y me pregunto si por el fondo, hubo una puerta cochera que abriera hacia un patio no visible desde la calle.
Desde hace unos cincuenta años, la esquina de Luis Estévez y Céspedes pertenece al giro bancario de la isla, en función de sede administrativa, durante mucho tiempo como delegación provincial del Banco Nacional de Cuba (BNC), y más recientemente, como sede de la dirección del Banco de Crédito y Comercio (BCC) del grupo financiero Bandec. No tengo fotos de la esquina, anteriores al 2005, pero recuerdo su fachada enteramente enchapada de losas de granito pulido color rosado, la puerta de cristal y aluminio, que traspasé muchas veces cuando siendo adolescente nos encontrábamos con Roberto Pérez Leal en su oficina, numismático y presidente de la asociación villaclareña del hobby. Ya desde entonces, aquella esquina me parecía “una mosca en la leche”, con su marquesina volada, y aquellas partes de la fachada, medio tapiadas, medio acristaladas, encabilladas, en fin, un inmueble que no me llamaba nada la atención. 
En el 2005, -entonces ya había sido quitado el reloj digital incorporado encima de la entrada principal, noté el enchape con losas de cerámica roja en la franja superior de la fachada, en dos paños de pared imitando columnas a cada lado de la puerta y en todo el reborde de la marquesina. Cinco años más tarde, de nuevo en Santa Clara, pude ver ajetreo de obreros albañiles, despedazando a golpes de martillo la marquesina -ouf, qué buena idea, van a remodelar la esquina, pensé en voz alta, y apreté el obturador, y seguí apretándolo cada vez que me encontraba en el camino, salvo cuando cerraron el paso por Luis Estévez. Ni rastro de la marquesina, justo un pedazo por Céspedes que ya debe haber sido demolido.
  

No sé si el fantasma de Van Horne se desplaza entre los muros del que fuera Hotel Santa Clara, pero yo lo imagino sentado en el patio interior o en alguna galería sombreada por trabajos de marquetería ideales para soportar el bochorno del mediodía isleño, consultando su reloj de bolsillo o escribiendo notas para la historia del ferrocarril cubano. No habrá cochero esperando al matrimonio que pidió una carrera hasta el Paradero, ni toldos en la esquina vecina, ni las campanas de la Mayor tocando a repique. Abro los ojos, descubro que no existe, que le hicieron un mal terrible a esa esquina, y escucho más de cien veces a los choferes y a sus intermediarios apostados en la esquina decir a los pasantes, taxi, amigo, taxi; taxi amigo, taxi…. ©cAc-2011
 
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[1] Los detalles que me permiten redactar este artículo, fueron posibles gracias a Wilder Méndez, un curioso y acérrimo investigador santaclareño residente en Canadá, que tuvo la cortesía de enviarme imágenes del hotel en cuestión y de motivarme en la búsqueda de documentación.

lunes, 14 de febrero de 2011

Esquinas de SC (Casa de Socorro)

En la misma calle que el Hospital San Juan de Dios, y a siete cuadras del mismo fue construida en 1925, siguiendo el proyecto del arquitecto Silvio Payrol, attaché al ayuntamiento municipal, la Casa de Socorros de la ciudad. En el ángulo de las calles Cuba y Nazareno (Serafín García). El inmueble de factura neoclásica a dos niveles, estaba proyectado con entrada principal por la calle de Cuba, casi en la esquina de Nazareno, y por la misma calle, una segunda puerta, una puerta cochera y seguido una puerta de servicio en la planta baja, además de nueve ventanas rectangulares de dos hojas, compuestas de lucetas de opalina como la luceta superior estática. La planta alta con pretil a balaustres, quedó dispuesta con catorce puertas, usando la misma marquetería de la planta baja, pero en forma de arcos de medio punto, cerrado con lucetas. A cada puerta corresponde una baranda exterior imitando balcones, sostenidos por capiteles ornamentales incorporados a la cornisa que diferencia los dos niveles. La fachada en toda su extensión, partiendo del piso y hasta una altura de casi un metro, fue revestida con paños de granito rosado, con una franja verde pegada al piso y del mismo color, también en granito, pero encima del los paños rosados, se agregó un friso a relieve. Los escalones para acceder a las puertas de la planta baja se revistieron en granito verde. A cada lado de la puerta principal sendas lámparas de bombas hacía parte del mobiliario del edificio. El proyecto original sufrió variaciones, no sé si desde que se entregó el edificio a la municipalidad, o quizás más tarde. De esos cambios pueden observarse la incorporación de una puerta por la calle Nazareno, y una puerta como las otras en el lugar de la puerta cochera.

Aunque el edificio fuera concebido en 1925 como hospital de la municipalidad, y para atender a las personas presentándose enfermas de urgencia, quedó marcado sobre todo como institución de socorro. Años más tarde, la planta alta y la azotea, fueron adaptadas a crèche, con el nombre de General Machado.
No tengo idea de hasta cuando funcionó la Casa de Socorro. Hoy, el inmueble alberga la Empresa de Suministros Médicos de Villa Clara. Creo que en algún momento funcionó el Centro Anti-Rábico, quizás desde sus inicios, pues existía durante la república un centro así llamado en Santa Clara.
 
 

La esbeltez de la esquina se ha perdido, y no solo por los embates del tiempo, que ha descolorido el enchapado de granito, sino por las transformaciones de la marquetería de la planta baja, y el abandono que puede constatarse de las del nivel superior. Abajo, otra vez las persianas, arriba, cualquier cosa sirve para tapiar lo que antes fueron lucetas. El ojo curioso observará que las puertas que dan a los balcones fueron tapiadas a la altura de los mismos. De qué vale pintar la fachada si el edificio clama por una rehabilitación concienzuda de toda la marquetería? Qué rol debe jugar una empresa que usa como sede un edificio que se alza en una de las calles más importantes de Santa Clara? No se podrían buscar soluciones locales para la restauración del mismo, cuando sólo le faltan cuatro años para convertirse en inmueble nonagenario de la ciudad? ©cAc-2011

domingo, 13 de febrero de 2011

Esquinas de SC (Casa Mimbre)


Quienes pasan por la esquina de Maceo y Céspedes, escucharán un ruido de máquinas detrás de sus muros. Máquinas de coser industriales, porque es un taller de confecciones. Pero no imaginan que esa esquina albergó uno de los almacenes más renombrados de la ciudad. Yo descubrí lo que era esa esquina hace muy poco, a pesar de frecuentar sus alrededores porque tengo amigos que viven en los altos del inmueble, y otros a dos o tres pasos de allí. Mucho había oído a mis padres hablar de todo lo que podía encontrarse en la Casa Mimbre, desde muebles y todo lo que va con ellos hasta bicicletas y sus accesorios. Aunque el fuerte del negocio era la mueblería. Mi padre se compró allí aquella bicicleta Niágara roja de la que él estaba orgulloso. La Casa Mimbre de Santa Clara, propiedad de Antonio Leal, era sucursal de la casa principal situada en Santa Elena y Gacel, en la ciudad de Cienfuegos. La sucursal santaclareña ocupaba los bajos de un sólido inmueble construido al final de la década del veinte, cuya entrada principal estaba en la fachada angular del mismo, pero el almacén disponía de otras puertas-ventanas de madera trabajada y paños de vidrio. El conjunto de puertas-ventanas, a manera de escaparate, ya no existe, y no espere ver toldos a rayas como antaño. La marquetería fue remplazada por paredes con ventanas de persianas, y la puerta de la esquina fue clausurada y en su lugar colocado un ventilador – extractor de aire, quizás más ruidoso que las laboriosas máquinas. A la planta alta del edificio que alberga confortables casa-apartamentos se entra por la calle Maceo. Una puerta que como no tenía que ver con la mueblería expropiada por los interventores del gobierno en 1959, escapó a la consabida desaparición. Por qué hubo de perder la ciudad una esquina cuyo inmueble de los bajos representaba una época de vitrinas y fachadas ricas en trabajos? Valía la pena levantar esos muros en el lugar de las hermosas puertas-ventanas? Detrás de cada obra perdida, se esconde una cabeza frustrada. Miren las fotos. ©cAc-2011


©cAc-2010