miércoles, 23 de febrero de 2011

Interior de casa (X) Independencia 145

Hacía tiempo que había reparado en la fachada de esta casa de la calle Independencia, siempre cerrada, y no me atrevía a tocar, no quería molestar, entiendo que tocar a la puerta y luego pedir entrar para fotografiar un interior no siempre es del placer del ocupante, y los hay y los hay! Aquella mañana de domingo, viniendo por Esquerra hacia Independencia, vi la puerta abierta y una señora en el umbral. Le pregunté si la casa había sido remozada y convertida en hostal. No precisamente, aunque si como hospedaje, lo que llaman en Cuba, una “casa de visita” atada a un organismo. La puerta de la casa lleva la huella pasada del Grupo de los Mil. Allí vivió un miembro de ese Comité de ciudadanos interesados a salvaguardar el patrimonio de la ciudad de Marta. No hubo desconfianza por parte de la señora que estaba en la puerta, y me mostró la casa de “fond en comble”! Yo, entusiasmado intenté imaginármela antes, mucho más antes, la vieja casa colonial, luego transformada en la segunda mitad del XIX y vuelta a transformar a principios del XX. Evidentemente también la casa ha sufrido transformaciones más recientes, aunque no ha sido, afortunadamente, mutilada de su estilo. La casa de vivienda estaba compuesta de sala, saleta, patio interior, cocina, comedor, con escalera a una o dos piezas en altos, con piso de tabloncillo como todo el techo de la casa, y todos los dormitorios a la derecha, corridos con una sala de baño intermedia. Me pregunto si la casa tuvo o tiene un patio lateral, y eso me lo indica una ventana (puerta?) situada en la pared derecha del comedor, del lado de la escalera.
La sala y la saleta fueron reducidas del lado izquierdo para agregar dos dormitorios a la casa, yo pienso que el dormitorio hecho en una parte de la saleta fue el primero en agregarse, y quizás en los años 30-40’. Me lo hace pensar la pared de medio punto cerrada hasta el techo con un trabajo de carpintería y lucetas similar a otros de la casa. El incorporado en el ala izquierda de la sala es mucho más reciente. La peor mutilación que sufrió la casa fue la pared de puertas-ventanas que una vez fue saleta y que dan al patio central. Si felizmente se conservan las lucetas superiores, la pieza fue cerrada y se le incorporaron dos ventanas de persianas que rompen la armonía del estilo de la vivienda. La casa conserva los hermosos pisos de mosaicos propios de principios del XX, y buena parte de la carpintería, lucetas y verjas en hierro forjado. Desgraciadamente, dos puertas-ventanas de la fachada principal y sus verjas de hierro fueron cortadas para incorporar equipos de climatización. El salón comedor mantiene la separación con la cocina a través de un mueble para loza y vajillas, -piezas que fueron desapareciendo poco a poco, cada vez que la casa cambiaba de organismo, me dijo una de las dos trabajadoras de la casa- y que permite el traslado de la comida por una abertura central. Un pasillo abierto techado une la saleta con el comedor. El patio conserva un lavadero enchapado en losas de cerámica blanca con azulejos insertados de forma decorativa. Sin embargo, una de las piezas de la casa que más sorprende es la sala de baño, que no conserva la bañadera original, pero a pesar del tiempo, conserva, los azulejos blancos, la cenefa superior y un enchape en el piso imitando una alfombra de baño, cuyos azulejos corresponden a un paisaje que muestra una vaca y un toro pastando tranquilamente. Tranquilamente pude disfrutar el ambiente apacible de la casa, aquella mañana de domingo, y lo agradecí a las dos empleadas convertidas en anfitrionas! ©cAc-2011

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