…un paseo en el tiempo, una mirada atrás para recordar calles y muros con sus tristezas y alegrías, los inicios polvorientos, la hora de los adoquines, del desorden, de las ingratitudes y de las esperanzas que se forjan escudriñando el viaje lento de una hoja flotando en las aguas del Bélico…
domingo, 21 de diciembre de 2008
La Virgen del Camino* de Santa Clara (desmonte y reaparición)
La Virgen del Camino de Santa Clara
jueves, 4 de diciembre de 2008
Barbara, Santa, calle y callejon
lunes, 1 de diciembre de 2008
El tercer edificio religioso de Gloriosa Santa Clara
Dispensario "El Amparo"
jueves, 27 de noviembre de 2008
El segundo benefactor de Santa Clara. Hurtado de Mendoza
Un párroco casi desconocido, Juan de Conyedo
Ermita de la Candelaria (1724 – 1883)
lunes, 3 de noviembre de 2008
Devanture: escaparates y vitrinas?
Hace algunos años tuve la suerte de rescatar una buena cantidad de fotos y tarjetas postales de la ciudad de Santa Clara en la década del veinte y del treinta. Las tarjetas en negro y blanco son elocuentes. El paisaje urbano ciertamente ha evolucionado pero logra uno constatar que es la misma ciudad de Marta noventa años después. La misma? No precisamente en un sinnúmero de detalles y por ello quiero comentar en lo adelante algunos de estos cambios.
Observando las fachadas de ciertos inmuebles pude apreciar una similitud en la manera de presentar las fachadas a vocación comercial como uno puede apreciar en pueblos y ciudades de Europa. En Francia, los escaparates y vitrinas de comercios están sujetos a normas a través de los cuales, deben insertarse en la composición arquitectural de las fachadas, de una manera armoniosa, sin ocultar ni disfrazar el estilo en el que fueron construidas, es decir, las normas para la concepción de la “devanture”.
Observen las normas de esta fachada comercial realizada al final de la década del 1920 y su correspondencia con las normas de la “devanture” como lo reglamenta el plan local de urbanismo aprobado para Paris en el 2006 y vigente en la actualidad.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Cornisas en las fachadas santaclareñas
lunes, 20 de octubre de 2008
Los aleros de Santa Clara
Los aleros de casas de Santa Clara
Santa Clara es una ciudad eclética en su arquitectura urbana. La ciudad de estilo colonial dio paso a la ciudad neocolonial. En este salto, las casas con aleros casi desaparecieron y los que vemos hoy día están en muy malas condiciones por los años y la falta de mantenimiento urbano. Evidentemente, nunca los aleros del casco colonial de la ciudad de Marta tuvieron el colorido y el esplendor de sus pares cuencanos. En absoluto.
Cuenca (Ecuador) |
Me quedo boquiabierto cuando veo el estado de los aleros que sobreviven en muchas casas santaclareñas. La casa de mis padres, cuyo año de edificación es 1916, aún conserva sus aleros como la casa vecina, ambas construidas por el mismo maestro de obras. El alero o borde del tejado, no solo protege a los pasantes del sol o de un lloviznazo que no se espera. Es el sombrero de la casa, quien protege de la lluvia cuando viene “de frente”, como dicen los viejos, y quien sirve de refugio a los gorriones que hacen sus nidos en los huacales de las tejas y en las vigas aireadas.
En las tardes calurosas, mientras ya el sol va de pasada y la familia se sienta en la sala, afuera, los gorriones revolotean y arman su algarabía. Y a veces, alguno que otro, osa entrar en la sala, se posa sobre una lámpara y observa a los abajo sentados, luego planea, deja escapar un grito de alegría y vuelve a salir por la ventana enrejada.
Los aleros que rebasan la línea de la pared se conocen como “corridos”, y “de mesilla” aquellos que vuelan horizontalmente. Los “de chaperón” son los que no tienen canecillos, es decir, cuando la cabeza de la viga no sobresale al exterior. Son los más frecuentes en Santa Clara. La rehabilitación de muchas casas de Santa Clara, por sus propietarios, queriendo “mejorar” el estado de la vivienda, o resolver sus problemas de habitabilidad ha traído consigo la desaparición, desgraciadamente, de ese viejo encanto de las fachadas coloniales y neocoloniales.
Qué les
parece, si cuando al caminar por las calles del centro, levantamos la cabeza,
bien para admirar un viejo alero bien para evitar un accidente, no vaya a ser
que una teja se desprenda de un alero carcomido por el tiempo y no podamos
evitar el golpetazo. ©cAc-2008